domingo, 28 de junio de 2009

SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA: UN BASTION DE LA REVOLUCION

En estos dias el mundo se ha venido conmocionando con la embestida mediatica de los grupos de la derecha Hondureña, y a pesar de las voces de rechazo surgidas por los pueblos de nuestramerica, se asesto un mercenario y terrorista golpe de estado en el pueblo que avanza con Manuel Zelaya a la cabeza.
Nuestra voz comunera se une a este repudio mundial y se apresta a vincularse a las iniciativas internacionalistas y revolucionarias que el proceso nuestramericano demande para avanzar hacia la construccion del socialismo.
A continuacion un documento enviado por algunos compañeros que de la misma forma estan atentos al desarrollo y los avatares que devengan de esta nueva agresion a los pueblos soberanos.
ALBA SOCIALISMO Y LIBERTAD.


Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora rechaza
“GORILAZO CONTRA EL PUEBLO HONDUREÑO”.

CARACAS, 28 de Junio (Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora) Este domingo, voceros de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, suma de voluntades que agrupa a los Frentes Sociales Frente Nacional Comunal Simón Bolívar (FNCSB), Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ), Centro para la Formación y estudios Sociales Simón Rodríguez (CEFES) e individualidades del ámbito político social del país, fijan posición ante los criminales acontecimientos que están sucediendo en la hermana Republica de Honduras y en tal sentido manifestamos:
1. Como herederos de la Heroica Patria de Simón Bolívar y Ezequiel Zamora rechazamos y condenamos de la manera mas enérgica y contundente el criminal, abominable y antihistórico golpe contra el digno y hermano pueblo Hondureño y su legitimo Presidente el Compañero Manuel Zelaya.
2. Con el espíritu de resistencia indomable y libertario de Guaicaipuro y nuestra determinación plena y absoluta de que los pueblos de nuestra América sean definitivamente libres de toda opresión imperial, rechazamos y condenamos los viles y asquerosos atropellos cometidos por las oscuras y nefastas fuerzas de la oligarquía Hondureña contra el embajador Bolivariano en el hermano País, vicealmirante Armando Laguna.
3. Concientes y convencidos que el “Gorilazo” o golpe de Estado cometido contra la democracia popular y progresista Hondureña es también una amenaza a nuestros pueblos Latinoamericanos y a las Revoluciones Socialistas que aquí se construyen; convocamos a nuestra militancia y al heroico pueblo Bolivariano a estar alerta y movilizados para expresar nuestra mas profunda solidaridad con el hermano pueblo Hondureño.
4. Comprometidos inexorablemente como estamos con la Revolución Bolivariana, le brindamos nuestro mas irrestricto y absoluto apoyo al Comandante Presidente HUGO CHAVEZ FRIAS, en todas las acciones y medidas que ha bien tenga tomar para la restitución inmediata de la democracia y la Soberanía Popular en la hermana Republica y el pueblo de Honduras.

CON BOLIVAR Y ZAMORA DECIMOS… Todo el Poder para el pueblo.
VIVA EL ESPIRITU LIBERTARIO DE SIMON BOLIVAR…
VIVAN LOS PUEBLOS LIBRES DE NUESTRA AMERICA…
VIVA EL COMANDANTE HUGO CHAVEZ…
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE… VENCEREMOS.

Frente Nacional Comunal Simón Bolívar – FNCSB-
Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora –FNCEZ-
Centro para la formación y estudios Sociales Simón Rodríguez –CEFES-

jueves, 18 de junio de 2009

La Comuna de Paris

Marx y Engels han demostrado que la Comuna suprimia el ejército y la burocracia, suprimía el parlamentarismo, destruía la excrecencia parasitaria que es el Estado, etc.

No sin razón dijo Rosa Luxemburgo el 4 de agosto de 1914 que la socialdemocracia alemana es ahora un cadáver hediondo.

No solo el Estado antiguo y feudal, sino también "el moderno Estado representativo es instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado" (Engels). "Siendo el Estado una institución meramente transitoria, que se utiliza en la lucha, en la revolución, para someter por la violencia a los adversarios, es un absurdo hablar de un Estado libre del peublo: mientras el proletariado necesite todavía del Estado, no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir" (Engels)"El Estado nos es mas que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo mismo en la república democrática que bajo la monarquía"

"La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo...En vez de decidir una vez cada tres o seis años qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal había de servir al pueblo organizado en comunas, como el sufragio individual sirve a los patronos que buscan obreros y administradores para sus negocios" (Marx)

No hay Estado, incluso el más democrático, cuya Constitución no ofrezca agñun escape o reserva que permita a la burguesía lanzar las tropas contra los obreros, declarar el estado de guerra, etc. "en caso de alteración del orden".
Tomado de La Revolución Proletaria y el Renegado Kautsky. V.I. Lenin. Ediciones en lenguas extranjeras Pekin, 1972.

La experiencia de la Comuna de París de 1871

1. ¿En qué consiste el heroísmo de la tentativa de los comuneros?

Es sabido que algunos meses antes de la Comuna, en el otoño de 1870, Marx previno a los obreros de París; demostrándoles que la tentativa de derribar el gobierno sería un disparate dictado por la desesperación. Pero cuando en marzo de 1871 se impuso a los obreros el combate decisivo y ellos lo aceptaron, cuando la insurrección fue un hecho, Marx saludó la revolución proletaria con el más grande entusiasmo, a pesar de todos los malos augurios.

Marx no se aferró a la condena pedantesca de un movimiento "extemporáneo", como el tristemente célebre renegado ruso del marxismo Plejánov, que en noviembre de 1905 había escrito alentando a la lucha a los obreros y campesinos y que después de diciembre de 1905 se puso a gritar como un liberal cualquiera : "¡No se debía haber empuñado las armas!"

Marx, por el contrario, no se contentó con entusiasmarse ante el heroísmo de los comuneros, que, según sus palabras, "tomaban el cielo por asalto". Marx veía en aquel movimiento revolucionario de masas, aunque éste no llegó a alcanzar sus objetivos, una experiencia histórica de grandiosa importancia, un cierto paso hacia adelante de la revolución proletaria mundial, un paso práctico más importante que cientos de programas y de raciocinios. Analizar esta experiencia, sacar de ella las enseñanzas tácticas, revisar a la luz de ella su teoría : he aquí cómo concebía su misión Marx.

La única "corrección" que Marx consideró necesario introducir en el "Manifiesto Comunista" fue hecha por él a base de la experiencia revolucionaria de los comuneros de París.

El último prólogo a la nueva edición alemana del "Manifiesto Comunista", suscrito por sus dos autores, lleva la fecha de 24 de junio de 1872. En este prólogo, los autores, Carlos Marx y Federico Engels, dicen que el programa del "Manifiesto Comunista" está "ahora anticuado en ciertos puntos".

". . . La Comuna ha demostrado, sobre todo -- continúan --, que *la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines. . .* "

Asi, pues, Marx y Engels atribuían una importancia tan gigantesca a esta enseñanza fundamental y principal de la Comuna de Paris, que la introdujeron como corrección esencial en el "Manifiesto Comunista".

El pensamiento de Marx consiste en que la clase obrera debe destruir, romper la "máquina estatal existente" y no limitarse simplemente a apoderarse de ella.

El 12 de abril de 1871, es decir, justamente en plena Comuna, Marx escribió a Kugelmann :

"Si te fijas en el último capítulo de mi '18 Brumario', verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como se venia haciendo hasta ahora, sino romperla [subrayado por Marx; en el original zerbrechen], y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente. En esto, precisamente, consiste la tentativa de nuestros heroicos camaradas de París" (pág. 709 de la revista "Neue Zeit", t. XX, I, año 1901-1902).

(Las cartas de Marx a Kugelmann han sido publicadas en ruso no menos que en dos ediciones, una de ellas redactada por mi y con un prólogo mío.)

En estas palabras: "romper la máquina burocrático-militar del Estado", se encierra, concisamente expresada, la enseñanza fundamental del marxismo en punto a la cuestión de las tareas del proletariado en la revolución respecto al Estado. ¡Y esta enseñanza es precisamente la que no sólo olvida en absoluto, sino que tergiversa directamente la "interpretación" imperante, kautskiana, del marxismo!

En cuanto a la referencia de Marx al "18 Brumario", más arriba hemos citado en su integridad el pasaje correspondiente.

Interesa señalar especialmente dos lugares en el mencionado pasaje de Marx. En primer término, Marx limita su conclusión al continente. Esto era lógico en 1871, cuando Inglaterra era todavía un modelo de país netamente capitalista, pero sin militarismo y, en una medida considerable, sin burocracia. Por eso, Marx excluía a Inglaterra, donde la revolución, e incluso una revolución popular, se consideraba y era entonces posible sin la condición previa de destruir "la máquina estatal existente".

Hoy, en 1917, en la época de la primera gran guerra imperialista, esta limitación hecha por Marx no tiene razón de ser. Inglaterra y Norteamérica, los más grandes y los últimos representantes -- en el mundo entero -- de la "libertad" anglosajona, en el sentido de ausencia de militarismo y de burocratismo, han ido rodando completamente al inmundo y sangriento pantano, común a toda Europa, de las instituciones burocrático-militares, que todo lo someten y lo aplastan. Hoy, también en Inglaterra y en Norteamérica es "condición previa de toda revolución verdaderamente popular" el romper, el destruir la "máquina estatal existente" (y que allí ha alcanzado, en los años de 1914 a 1917, la perfección "europea", la perfección común al imperialismo).

En segundo lugar, merece especial atención la observación extraordinariamente profunda de Marx de que la destrucción de la máquina burocrático-militar del Estado es "condición previa de toda revolución verdaderamente popular". Este concepto de revolución "popular " parece extraño en boca de Marx, y los plejanovistas y mencheviques rusos, estos secuaces de Struve que quieren hacerse pasar por marxistas, podrían tal vez explicar esta expresión de Marx como un "lapsus". Han reducido el marxismo a una deformación liberal tan mezquina, que, para ellos, no existe más que la antítesis entre revolución burguesa y proletaria, y hasta esta antítesis la comprenden de un modo increíblemente escolástico.

Si tomamos como ejemplos las revoluciones del siglo XX, tendremos que reconocer como burguesas, naturalmente, también las revoluciones portuguesa y turca. Pero ni la una ni la otra son revoluciones "populares", pues ni en la una ni en la otra actúa perceptiblemente, de un modo activo, por propia iniciativa, con sus propias reivindicaciones económicas y políticas, la masa del pueblo, la inmensa mayoría de éste. En cambio, la revolución burguesa rusa de 1905 a 1907, aunque no registrase éxitos tan "brillantes" como los que alcanzaron en ciertos momentos las revoluciones portuguesa y turca, fue, sin duda, una revolución "verdaderamente popular", pues la masa del pueblo, la mayoría de éste, las "más bajas capas" sociales, aplastadas por el yugo y la explotación, levantáronse por propia iniciativa, estamparon en todo el curso de la revolución el sello de sus reivindicaciones, de sus intentos de construir a su modo una nueva sociedad en lugar de la sociedad vieja que era destruida.

En la Europa de 1871, el proletariado no formaba la mayoría ni en un solo país del continente. Una revolución "popular", que arrastrase al movimiento verdaderamente a la mayoría, sólo podía serlo aquella que abarcase tanto al proletariado como a los campesinos. Ambas clases formaban en aquel entonces el "pueblo". Ambas clases están unidas por el hecho de que la "máquina burocrático-militar del Estado" las oprime, las esclaviza, las explota. Destruir, romper esta máquina : tal es el verdadero interés del "pueblo", de su mayoría, de los obreros y de la mayoría de los campesinos, tal es la "condición previa" para una alianza libre de los campesinos pobres con los proletarios, sin cuya alianza la democracia será precaria, y la transformación socialista, imposible.

Hacia esta alianza precisamente se abría camino, como es sabido, la Comuna de París, si bien no alcanzó su objetivo por una serie de causas de carácter interno y externo.

Consiguientemente, al hablar de una "revolución verdaderamente popular", Marx, sin olvidar para nada las características de la pequeña burguesía (de las cuales habló mucho y con frecuencia), tenía en cuenta con la mayor precisión la correlación efectiva de clases en la mayoría de los Estados continentales de Europa, en 1871. Y, de otra parte, constataba que la "destrucción" de la máquina estatal responde a los intereses de los obreros y campesinos, los une, plantea ante ellos la tarea común de suprimir al "parásito" y sustituirlo por algo nuevo.

¿Pero con qué sustituirlo concretamente?