viernes, 30 de abril de 2010

La Red Nacional de Comuneros/as, presentó propuesta en la Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra

Red Nacional de Comuneros
Núcleo de Desarrollo Endógeno Socialista “La Limonera”
Movimiento Campesino la Cayapa


Cochabamba, abril 2010



PROPUESTA:

CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO ESTADO COMUNAL PARA CONTRARRESTAR LOS EFECTOS DE LA CRISIS GLOBAL


En correspondencia con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la determinación política del comandante Hugo Chávez Frías como líder de la revolución bolivariana; hoy en Venezuela estamos incorporados en el proceso de transiciónón del Estado capitalista burgués hacia el estado comunal, rumbo al socialismo, lo que nos compromete con un ejercicio civilizatorio desde la cotidianidad, que debe dar pie a la construcción de una nueva institucionalidad. Esta construcción busca recrear una nueva colectividad a partir de la reivindicación y visibilización de los aportes que durante siglos se han producido desde las distintas culturas que conforman la tridimensionalidad constitutiva de la identidad venezolana (Africana, amerindia y occidental) con una perspectiva descolonizadora, que implica reconocernos como una nueva civilización.

Esta nueva racionalidad se basaría en la territorialidad, la conexión con el ambiente circundante y las relaciones humanas y naturales que se establecerían en el espacio de la comuna. En la construcción de un nuevo modo de vida que replantee las relaciones entre los sujetos sociales, debemos deslastrarnos de la visión eurocéntrica y de sus fórmulas y conceptos asociados al desarrollismo, así como incorporar los aportes nuestras culturas africana e indígena, las cuales forman parte de nuestra ancestralidad. Esta nueva institucionalidad debe prefigurar una nueva lógica, una nueva ética, un nuevo lenguaje, con nuevos símbolos y códigos que nos liberen del modelo hegemónico imperante como parte de una creación heroica humanamente gratificante.

Allí, el aprendizaje reciente de la experiencia constituyente en varios de nuestros países tendrá, necesariamente, que profundizarse en pos de una nueva forma de vida social: un Estado Comunal que permita la emergencia de ensayos diversos, todos válidos en tanto atiendan nociones de vida en común que respeten componentes vitales en su construcción. Así la Comuna tendrá que satisfacer necesidades vitales como: aire, agua, alimento, abrigo y amor, construyendo la sociedad socialista aquí -en cualquier lugar- y ahora.

Esta nueva institucionalidad debe constituirse a partir del desarrollo de la siguientes dimensiones: cultural, económica, social, política, territorial, ambiental y que la conforman como un todo ecológico.


En lo político

Esta transición implica trascender el socialismo del siglo XX y construir el socialismo del siglo XXI desde el poder popular constituyente que se concreta en la construcción del estado comunal, sustentado en la soberanía territorial como parte del Nuevo estado-nación, la autogestión y el autogobierno.

Este socialismo debe ser ecológico y feminista como una ruptura de la hegemonía patriarcal, la cual sustenta todas las relaciones de dominación del sistema imperante. Este socialismo debe romper con la lógica cartesiana y el positivismo que fragmentan el abordaje y la comprensión de la realidad en la cual la persona humana no se considera parte de su entorno social y ambiental.

Esta construcción se da actualmente en una pugna constante entre lo que debe morir y lo que está por nacer, en la que junto al presidente hemos decidido radicalizar el proceso revolucionario. Es así como estamos configurando un escenario para que insurja un movimiento comunal que está defina el sujeto histórico del proceso.

En esta pugna, el estado burgués constituido se resiste a morir, y esto se expresa a través del burocratismo, la corrupción, ineficiencia, entre otros. Nuestro gran aliado es nuestro comandante, como sujeto subversivo que nos conmina diariamente al ejercicio del socialismo como creación heroica y humanamente gratificante en la cotidianidad, teniendo como espacio de actuación el ámbito comunal.

En lo económico

Nos planteamos la creación de sistemas económicos desde la dimensión comunal en correspondencia a la particularidad de cada región, de cada localidad, que aporte todas las variables, producción, intercambio, financiamiento, consumo y el aminorar los posibles daños ecológicos como parte de la responsabilidad compartida. Este sistema económico debe ser solidario, justo, democrático, diversificado y autosustentable. Este sistema debe incorporarse a las políticas que desde los pueblos se construyen en el ámbito de los pueblos del ALBA con experiencias gran nacionales. Incorporando experiencias concretas como el trueke que ya existe en Venezuela (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua).

Este nuevo sistema económico que potencie el desarrollo endógeno desde lo comunal hasta lo gran nacional, debe permitirnos liberarnos de la dependencia del yugo de los países opresores y sus trasnacionales genocidas, etnocidas y ecocidas.

Esta nueva economía supone una nueva valoración de lo social, cultural, simbólico y estético. El desarrollo endógeno de lo comunal a lo gran nacional. Estableciendo una relación más directa con la naturaleza en el proceso productivo, donde el ser humano puede percibir y valorar las consecuencias de su consumo.

En lo territorial

Según el art 169 de la CRBV “…la legislación que se dicte para desarrollar los principios constitucionales relativos a los municipios y demás entidades locales, establecerán diferentes regímenes para su organización, gobierno y administración, incluso en lo que respecta a la determinación de sus competencias y recursos, atendiendo a las condiciones de población, desarrollo económico, capacidad para generar ingresos fiscales propias, situación geográfica, elementos históricos y culturales y otros factores relevantes …”

Desde la dimensión comunitaria el territorio es un espacio de convivencia social y natural, donde se garantizan elementos vitales como aire, agua alimento, abrigo, amor, en un marco de solidaridad, reciprocidad y complementariedad.

Se plantea la autogestión y el autogobierno como ejercicio de soberanía territorial, articula y reivindica las luchas por los territorios ancestrales de los pueblos originarios, comunidades afrodescendientes, campesinas y urbanas.

En lo cultural

La dimensión cultural es el espacio para construir la nueva institucionalidad comunitaria. Que nos permitirá desaprender de la hegemonía colonizadora que durante quinientos años se nos ha impuesto hasta nuestros días. En el espacio comunal la complejidad de nuevas relaciones definen una nueva conducta ante las cosas, una nueva ética, una nueva lógica, una nueva percepción de los sentidos. Esto se concreta a partir de una educación liberadora que propicie el desarrollo de la sabiduría a partir de la emergencia del rol vocacional del sujeto en comunidad. Donde aflorarán la identificación y uso del uso y manejo de técnicas locales tradicionales e innovadoras que permitan generar respuestas a las exigencias cotidianas.

En lo social

Partiendo de la necesidad de restituir el carácter gregario del hombre y la mujer a partir de su reconocimiento como comunidad primaria en un ejercicio ascendente hacia otros estadios como la familia, la comunidad, el consejo comunal, la comuna. Desde allí se armonizan los sentimientos, el saber, el hacer, el tiempo y el espacio. Esto dará lugar a organizaciones emergentes para dar respuestas al nuevo orden societario. Es una organización que responde al hacer y no a relaciones de dominio y control.


En lo ambiental

Lo ambiental por tratarse de la base de la sociedad humana que es la naturaleza, es transversal a todas las dimensiones de la comuna, planteándose así una comuna ecosocialista. Desde el punto de vista económico, considerando que la naturaleza es finita, la comuna debe buscar la autosustentabilidad, ajustando la producción y consumo a las necesidades reales y los procesos ecológicos de su entorno, sin descartar la complementación e intercambio con otras comunas. La economía debe satisfacer la vida del ser humano en comunidad a partir del reconocimiento de las necesidades del otro. La producción y consumo no deben basarse únicamente en el valor de uso (a diferencia del valor de cambio) sino también en las consecuencias que esta producción tiene para la naturaleza en donde la razón de utilidad tendrá que atender un sentido de sustentabilidad.

En lo cultural, se debe añadir al carácter gregario del ser humano, su necesidad de mantenerse vinculado a la naturaleza y es a partir de allí que se establecerá una relación más justa. Esta visión común en los pueblos originarios con modos de vida que han demostrado históricamente una relación menos depredadora y más ecológica, porque considera la naturaleza como un todo integral del cual forma parte. En lo social o socioecológico, el sujeto comunal debe verse parte de la naturaleza en una relación de complementariedad entre seres vivos en su entorno. En lo territorial, la gestión de la naturaleza por parte de la comuna debe apuntar a su uso consciente y no depredador.

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