miércoles, 27 de octubre de 2010

Articulos para el debate permanente..

Continuando con el debate propuesto por el camarada José Manuel Rodriguez, entregamos los artículos numero 4, 5 y 6.

Esperamos sigan siendo un aporte teórico-practico en el quehacer del proceso revolucionario.


¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (4)

JM. Rodríguez

La plataforma jurídica del poder popular.


En este cuarto artículo quiero presentarles mis observaciones a la base jurídica que se ha construido para la edificación del poder popular. Hay que reconocer que hemos sido más efectivos aprobando reformas y leyes que organizándonos en función de estos cambios. El Comandante-Presidente empuja permanentemente en esa dirección esperanzado en que, el poder popular, se logrará. Pero, “deseos no preñan”, no basta con lo jurídico, ni aún con el apoyo de esa plataforma que es el Ministerio de las Comunas. Los muros del Estado burgués son potentísimos, la argamasa que une sus sillares ha sido curada durante milenios de dominación de clase. Toda la cultura conocida está en dirección contraria a este esfuerzo. Sólo la organización popular y la elevación de su nivel de conciencia permitirá que el pueblo avance hacia la toma de esos muros y sólo los destruirá si tiene unos nuevos valores que los sustituya. Esa es la tarea de la revolución cultural y de ella no estamos cerca. A continuación mis preocupaciones con esas leyes.


A. Ley Orgánica de los Consejos Comunales

Fue la primera en lograrse, era poca la experiencia y también las convicciones. Eso explica que el concepto de gobierno popular, o en todo caso, de gobierno comunitario quedara limitado a una escueta mención en dos artículos. Y con el poder popular, si descartamos las alusiones al Ministerio que lleva ese nombre, sucede lo mismo. Creo que la poca presencia que tiene en esta Ley el ejercicio del poder por parte del pueblo, se debe a la creencia de que los consejos comunales son para la lucha reivindicativa: mejoras en el barrio, en la vivienda, la salud y la alimentación. Esa mentalidad reformista se evidencia en los artículos de las postulaciones, elecciones y actuaciones de los voceros: allí se copia el parlamentarismo burgués, mandando al diablo su designación directa por las asambleas de ciudadanos y ciudadanas y su carácter rotativo y de sustitución inmediata por esas mismas asambleas.


B. Ley Orgánica de Participación y Poder Popular

La información que tengo en mis manos es del proyecto de Ley, no se que pasó con ella pero, por su contenido se pudiera entender que está diseñada para la transición del Estado burgués al Estado socialista lo cual tiene sentido. Sin embargo, hay demasiadas frases aquí que parecieran apuntar, más bien, en la dirección del poder compartido. La institucionalidad del Estado actual no parece estar en cuestionamiento, se mantiene tal y como lo conocemos, lo novedoso es que aparece el poder popular, pero disminuido, actuando en “los pequeños espacios donde se debe profundizar la democracia, en lo diferentes escenarios como: la familia, la comunidad, el trabajo…”

Se señala que las comunidades “podrán” incorporarse a la ordenación y gestión del territorio, esa conjugación condicionada del verbo deja entrever que alguien” lo hará, con las comunidades o sin ellas. Pero hay cosas más preocupantes: si bien se menciona que el ejercicio del poder es a través de los gobiernos comunales, se señala que será en cogestión, es decir: (un) “proceso mediante el cual las comunidades organizadas conjuntamente con el Estado…” ¿A que Estado se estará refiriendo?


Por otro lado, no existe la palabra ciudad (ya hablamos de esto más adelante), pero tampoco existe una unidad de criterios entre formas urbanas y formas políticas (que las pudiéramos llamar formas territoriales y formas sociales). Se habla de comunidad, entendida como agrupación de familias, de ciudadanos y ciudadanas que habitan en un área geográfica determinada y la señalan como “el núcleo espacial básico e indivisible del Estado Venezolano”. Tal cosa es equivocado porque el estar asentado en un lugar no otorga, por si mismo, organicidad. La confusión aumenta cuando, más adelante, en relación a las comunas, se las señale como “La célula fundamental del Estado Comunal…” ¿Por qué esa dualidad entre Estado venezolano y Estado comunal? La cosa se enreda más al aparecer otra forma: la “Entidad Local”, que según este proyecto de Ley, “es una demarcación territorial, que podrá contar con una forma de gobierno…” Parece ser sólo un eufemismo para no hablar de la ciudad.


C. Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno

La conceptualización y construcción de esta Ley es, en general, correcta. La organización de este Consejo, tanto en la Plenaria como en la Secretaría, permitirá que las líneas del Comandante-Presidente sean llevadas adelante más allá de los temores y prevenciones de ministros, gobernadores y alcaldes. Creo que está en sintonía con lo señalado en relación con una de las tres patas donde se soporta el poder popular, sin embargo, en el reglamento que posteriormente se elaboró el retroceso es evidente, veamoslo.


D. Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno

Aquí, al hablar de la formación de ese Consejo se deja de lado, no digo las ciudades comunales, las propias comunas dejan de tener beligerancia para dar paso a una selección, absolutamente arbitraria y descontextualizada, de once voceros o voceras de los consejos comunales de Venezuela. El asunto no está por el lado de que hay (o debería haber) más de 300.000 voceros o voceras, sino que se excluyó la representación de las comunas, que es la célula fundamental del Estado Comunal y el poder popular en ejercicio. No hay duda que las tareas del Consejo Federal de Gobierno son importantísimas para el futuro del socialismo, pero, sustituir al poder popular real por una representación modesta y descontextualizada del pueblo organizado, es demasiado grave. Serán el jarrón chino.


¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (5)

JM. Rodríguez


Poder popular y ciudad.


Más allá de la profundidad con que cada uno lo vea, no hay dudas que lo espacial (o territorial) marca cualquier proceso social, por eso he venido, en estos artículos, apuntando progresivamente hacia el único territorio que tiene, en su propia esencia, un carácter verdaderamente socialista: la ciudad. Y esto lo entendieron intuitivamente los comuneros de París a pesar de ser esa ciudad sede de la monarquía y estar, como todas las demás, bajo control del capitalismo. La naturaleza socialista de esta estructura territorial, aunque los partidos revolucionarios, las más de las veces no lo han entendido, marcó a partir de entonces la historia de la revolución mundial. Por esto dedico los últimos cuatro artículos de la serie a desarrollar este concepto del verdadero territorio para el socialismo del siglo XXI.


La ciudad como hecho cultural.

La ocupación de los espacios naturales por la tribu no fue fortuita, ella buscó los lugares que le ofrecía protección y capacidad de abastecerse de alimentos y agua, es decir: potencial de vida. Esos espacios naturales tomados fueron estructurados según las convicciones cosmogónicas de sus ocupantes: el espacio familiar, sus sitios colectivos, de debates o de culto, y las áreas de producción, que eran también colectivas: los territorios de caza y luego de cultivo y de cría.


La ocupación tribal transformó el territorio natural en espacio cultural (paisaje cultural le dicen) con el que cada pueblo se identifica. En él se mezcló el lugar natural con lo allí vivido, trabajado y construido a lo largo de diversos momentos históricos. Ese paisaje cultural es, para los que allí nacieron o vivieron, su patrimonio, sus valores, sus recuerdos. Esto implica que el territorio socializado, es realmente una unidad de lo natural y lo construido, de lo material y lo inmaterial, de lo particular y lo diverso, de las creaciones y tradiciones. En síntesis, de todo aquello que otorga cohesión a un colectivo e identidad a cada uno de sus integrantes, que les da organicidad a partir de la cual se establece proyectos de vida y derechos y deberes, que les ofrece estabilidad, seguridad y fraternidad.


No se vaya a entender que pretendo presentar una imagen bucólica del origen y desarrollo de las ciudades. La ocupación y el dominio por la fuerza casi siempre estuvo presente y en el caso de nuestra América con desequilibrios históricos y materiales gigantescos. Pero ellas, más allá de sus miserias y perversidades, tienen potencialidades que fueron dejadas de lado por la atracción de esa deformación capitalista llamada metrópolis. Las ciudades históricas, es decir, todas aquellas que no surgieron recientemente como ciudades dormitorios (sobre las cuales es bueno desconfiar siempre), con sus vivencias y sus arraigos, son los verdaderos territorios de la gente, son los territorios para la socialización y esto no es un eufemismo.


Un discurso confuso.

Si recordamos lo dicho en los cuatro artículos anteriores, podemos darnos cuenta de dos grandes ausencias, y no son poca cosa estas ausencias. La primera de ellas es la palabra ciudad, nunca se le menciona. Es paradójico que la palabra ciudadano o ciudadana, que es la condición de la gente que vive en la ciudad, aparezca repetida 68 veces en la primera Ley, 33 veces en la segunda Ley, y no se cuantas veces en la tercera, pero, sin embargo la palabra ciudad nunca aparece.

La otra omisión es aún más preocupante, no se dice (o se evita decir) que la comuna es realmente una forma de gobierno que, al ejercerse sobre un territorio que está bajo la tutela del gobierno municipal, inevitablemente entra en contradicción con ese poder tradicional. Esto es crucial pues no estamos hablando de corresponsabilidad sino de la sustitución de uno de los poderes del Estado burgués por otro poder que es el propio poder popular.


La comuna no es la ciudad, es su gobierno.

La comuna es una forma de gobierno colectivo, en mi opinión, el verdadero socialismo. Ella tiene una estructura que le da cohesión, entendiendo que esa estructura se expresa como un tejido inmaterial cuyos hilos son: la cultura ideológica, las formas de producción e intercambio y su forma de gobierno. Ese tejido socio-político es el que une a los habitantes de una comunidad dándole organicidad y formación. Pero este solo tejido no hace la ciudad.


Hay otro tejido que le da carácter y compromiso a esos habitantes convirtiéndolos en ciudadanos, es el tejido urbano, la estructura física de la ciudad. Ella, más allá del tamaño y su complejidad, es la forma material como se exprese una sociedad dominante, ahora es la de la burguesía, pero que podrá transformarse en la unidad espacial del gobierno de los trabajadores. Esa ciudad comunal, si así queremos llamarla, no aparecerá nunca atendiendo por separado, los problemas y carencias de cada comunidad barrial. No entender esto es no comprenden el carácter complejo y sistémico de la ciudad. No entenderlo es condenar a los consejos comunales a una actividad meramente reformista.



¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (6)

JM. Rodríguez


La sustitución del gobierno municipal por un gobierno comunal.


No son ilusiones pensar que la sustitución del Estado burgués por un Estado comunal, como lo llamaríamos en Venezuela, y en condiciones pacíficas, pudiera comenzar por vaciar de sus funciones administrativas a los gobiernos municipales (alcaldías y cámaras), para facilitar la generación de muchísimos gobiernos comunales, tantos como ciudades tenemos (hay en Venezuela más de ochocientas que pueden ser llamadas así). Tal cosa implica repensar la organización de administración política que dividió nuestro territorio.


Los municipios venezolanos están caracterizados por tener, comúnmente, un territorio extenso sobre el que una engañosa visión autonómica pretendió desarrollar una gestión política y administrativa sin tomar en cuenta sus problemas y potencialidades, y sin medir las capacidades sustentables que ellos pudieran desarrollar. En nada se pareció al originario Ayuntamiento de la vieja Europa. Fue intencional. En sus inicios la cuarta republica los vio como estructuras para la demagogia, con muy baja capacidad productiva y severas deficiencias administrativas, todo lo cual facilitaba su explotación salvaje por el capitalismo. Su posterior autonomía, concebida dentro del pensamiento neoliberal, buscaba minimizar la acción del gobierno central sustituyéndolo por pequeños gobiernos en manos de los diversos grupos económicos regionales. La desaparición de la unidad nacional era el objetivo.


Esta forma de asentamiento en el territorio y esta manera de organización del poder sobre él, dejaba de lado el sentido de lo común que llevó a los pueblos originarios del mundo, a establecerse en función de la potencialidad real o imaginada y de su voluntad de apoyarse en sus propios esfuerzos para construir el futuro. Las evidencias son apabullantes: un país dependiente de la renta petrolera generó una organización político-administrativa burocrática, torcida y parasitaria, al servicio de intereses que sólo benefician a empresarios y dueños de la tierra. Tal realidad no dejaba espacio para el desarrollo de los poderes creadores del pueblo.


Esta oscura historia ha hecho que los gobiernos municipales (a pesar de estar ahora mayoritariamente en manos de boinas rojas) sean el principal obstáculo para la conformación de los consejos comunales, paso previo a la consolidación del poder comunal. La burocracia municipal ha secuestrado a muchísimos de los consejos comunales que intentan organizarse, despojándolos de su filo crítico y su potencialidad emprendedora. Ha logrado que ellos terminen siendo unas simples organizaciones comunitarias tuteladas por las alcaldías y al servicio de su continuidad.

La posibilidad de que la revolución venezolana pueda quebrar totalmente el poder de la burguesía sin necesidad de disparar un solo tiro, o en todo caso muy pocos, pasa por superar esa primera muralla. Tal cosa permitiría transformar nuestras viejas ciudades precapitalistas, en las nuevas ciudades del socialismo, desmontando la carga que estableció la burocracia y el clientelismo político y rompiendo las relaciones impuestas por quienes, durante siglos, concentraron el poder o se enriquecieron con su ejercicio.


De esta manera la confederación de consejos comunales podrá, cada una a su propio ritmo (y con el acompañamiento de los cuadros del gobierno, que son también del partido), ir organizando sus comunas, integrándolas para conformar la ciudad socialista, estudiándola para determinar su vocación y potencialidad económica. Es decir, desarrollando el ciclo de trabajo que propuso el Comandante-Presidente:

• Diagnóstico Popular;

• Plan Comunal;

• Presupuesto Comunal;

• Ejecución Comunal y

• Contraloría Comunal.

Pero que debe ser complementado con la definición de su territorio, más allá de lo construido, estableciendo en él un gobierno popular. De esto ya hablaremos.


De lo que se trata entonces es de convertir nuestras ciudades, siempre que tengan una fuerte organización comunal, con clara definición de los bordes de su territorio y de las potencialidades de desarrollo que tiene ese territorio, en ciudades-municipios, que subviertan esa división política territorial que dio origen a los actuales municipios venezolanos, permitiéndoles superar sus males y caminar con su propia voluntad hacia un futuro compartido.


En el penúltimo de estos artículos hablaremos de:

El nuevo municipio comunal



RUMBO AL ESTADO COMUNAL


lunes, 25 de octubre de 2010

DOCUMENTOS PARA EL DEBATE

L A I Z Q U I E R D A Y E L D I A B L O

Por Pablo Beltrán.
revista insurreccion.

Se completan al menos dos décadas en que además de proclamarlo, lo intentaron y casi lo logran evaporar como sujeto de la historia. Pero desde el rincón al que lo replegaron, regresó y hoy de nuevo está con nosotros, el socialismo como la ruta de izquierda para la humanidad.

Durante su repliegue, en todo el mundo, muchos lo vistieron con ropajes liberales y hasta neoliberales. Tan replegado se halla aún en Colombia, que la extrema derecha lo presionó a ser centro y hasta logró convertirlo en centro derecha, en algunos casos.

Lo más grave está en que para no dejarse matar en la cuna, el socialismo ha debido afirmarse tanto, que algunos lo transfiguraron en otro discurso de poder, de esos que a lo largo de la historia, la humanidad ha tenido que obedecer sin chistar.

Umberto Eco afirma que los discursos de poder son el único Satanás que ha existido, porque, “el diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda. El diablo es sombrío porque sabe a dónde va, y siempre va hacia el sitio del que procede”.

El malo de la historia nos posee mucho, poquito o nada y exorcizarlo demanda revisar de cuando en cuando nuestras certezas, para poder decirnos nosotros mismos unas cuantas verdades. Ellas están en la visión alternativa, con que enfrentamos las contradicciones álgidas de la lucha contra el capitalismo y su imperio.

TIERRA O CAPITALISMO

Desde nuestros Andes se alza el reclamo del socialismo de raíz comunitaria, contenido en el dilema más importante de los planteados, sobre la supervivencia del planeta y sus habitantes: “para que viva la tierra debe morir el capitalismo”.

El productivismo, desarrollismo, extractivismo, consumismo y el derroche son hijos de una letal creencia, en la que el progreso, se considera como una línea ascendente sin fin, para dominar la naturaleza, devorarla y agotarla, en un delirante acto de egoísmo, carente de responsabilidad con el futuro.

LA CONTRACULTURA SOCIALISTA, ¿CUÁNTO RETA?

La esencia del capitalismo reside en el énfasis que da al poseer, en detrimento del ser, por ello transforma todo en mercancía, hasta las relaciones humanas. Así, a la participación política de los ciudadanos se le coloca un precio, con lo que se torna costumbre la compra de votos, pagar la asistencia a una movilización o afiliarse a un partido para obtener beneficios, que el resto de la gente no disfruta.

Luchar por los cambios y la revolución sin esperar retribuciones materiales, es fundar el buen vivir de las siguientes generaciones, con lo que se aporta al desarrollo de una contracultura socialista, que reta a la ideología dominante.

Otro aspecto vital del socialismo ha estado en potenciar la fuerza de lo comunitario, la colectividad, lo social, lo público, las mayorías y lo nacional, en contraposición al interés individual, privado, sectorial y de elite. Fuerza creativa socialista expresada sobre todo en la producción, el poder y el saber popular.

CONSENSO SI, IMPOSICIÓN NO

La izquierda al convertirse en artista de tejer consensos, deja atrás la época de tratar en vano de converger alrededor de una supuesta verdad única, dentro de la cual los demás siempre se nos debían sumar.

Lograr unidad de acción alrededor de puntos comunes, mientras se deja para enseguida el debate de las diferencias, no solamente es tener sentido de la táctica, es ante todo implantar una cultura de negociación, en la que cada cual representa unos intereses, que pactan y saben cumplir acuerdos.

Luchar contra la guerra imperialista, es quebrar su antiquísima consigna de imponer su voluntad a los pueblos, para reemplazarla, como lo enseña Einstein:

"(..) toda clase de cooperación pacífica entre los hombres está basada, en principio, en la mutua confianza y sólo en segundo lugar en instituciones tales como los tribunales de justicia y la policía. Esto vale para las naciones y los individuos. Y el fundamento de la confianza es la lealtad".

LUCHAR POR LA PAZ Y RESISTIR A LA GUERRA IMPERIALISTA

Si la razón de ser de los imperios está en imponerse por medio de la guerra, la razón de vida de los pueblos ha estado en defenderse y resistir; para aquellos, la paz equivale a pacificación, mientras que para el grueso de la humanidad, la paz es justicia y libertad.

Doscientos años de aparente vida republicana en Colombia, han sido sostenidos por la ininterrumpida agresión de la elite contra el pueblo, hasta llegar a perfeccionar el actual régimen de terror de Estado, nutrido por múltiples vías desde la contrainsurgencia imperialista. Ésta, es la única forma como han podido mantener vivo su modelo capitalista neoliberal.

Luchar por la paz es lograr otro modelo económico social, dentro de un régimen democrático; la elite y el imperio, son quienes escogen la vía para que el pueblo los obtenga.

TENSIÓN ENTRE DIVERSIDAD E IDENTIDAD

En la izquierda crece la conciencia sobre el valor de la unión, ya que sin ella no habrá fuerza y sin ésta no se producen cambios, revolución ni paz. Así, ha aprendido, que la confluencia es un concierto de pluralidad y diversidad, composición de esfuerzos, en que el liderazgo es compartido.

La armonía y vigor de la diversidad reside en la excelencia de cada uno de sus componentes, que resulta tanto de la calidad de su identidad, como de su habilidad para ser con otros.

La unión no puede reducirse a la uniformidad, así como la construcción del consenso no riñe con respetar a la opinión mayoritaria. De la misma forma, que para garantizar la unidad se establecen niveles de autonomía, que es algo diferente a que cada uno haga según su mero criterio individual.

PULSO ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD

En la lucha por un mundo mejor, muchos pueblos logran establecer Gobiernos Democrático Populares, desde los que avanzan hacia mayores niveles de Poder Popular. Sus Programas de izquierda recogen intereses pluriclasistas, materializados desde el Estado, los que satisfacen unas veces de mejor forma y otras de manera más precaria, las aspiraciones de las clases populares.

Un modelo económico y un régimen al servicio de las mayorías, sigue dependiendo de la participación del pueblo en estos procesos de transformación, la que no siempre es promovida desde las instituciones estatales, quienes por inercia tienden a monopolizar tales procesos. Por el contrario, desde el Estado, muchas veces se absorbe a las organizaciones sociales y políticas del pueblo, impidiendo que el cambio y la revolución se protagonicen desde estos espacios de la sociedad.

La predisposición casi espontánea hacia exagerar la función de las instituciones estatales en los procesos revolucionarios, puede contrarrestarse con la construcción del Poder Popular, entre otros componentes, por medio de la Fuerza Política de Masas, fundamentalmente por fuera de tal institucionalidad. Es la enseñanza que dejan las debilidades del modelo construido en el viejo mundo, en donde la lucha socialista se confinó en el ‘Triangulo de oro’ del sindicato, el partido y el parlamento, según critica de Istvan Meszaros.

CONTRAPOSICIÓN ENTRE NACIÓN Y PUEBLO

La generación de un Proyecto de nación a partir de una Alianza pluriclasista, un Programa de izquierda y un Gobierno Democrático Popular, es una característica sobresaliente de los procesos de cambio y revolución, que se construyen en Latinoamérica.

Desde este Proyecto se están recreando elementos de identidad nacional, en función de intereses propios de cada país, de Nuestra América y de los pueblos del Sur del planeta.

Es posible lograr un rumbo socialista para este Proyecto de nación en el mediano y largo plazo, afianzando el Poder Popular, en el que realmente la soberanía resida en el pueblo y los trabajadores.

COLISIÓN ENTRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS

Por la fuerza de la costumbre, muchas veces la lucha social de las masas por objetivos inmediatos transcurre por un carril paralelo, de la lucha de los partidos y movimientos de izquierda, reducidos a la puja electoral. El reto de hacerlos confluir está requiriendo que desde la lucha social se abarquen propósitos de poder, más allá de lo puramente gremial y sectorial; junto al esfuerzo hecho desde los partidos por acompañar, articular y cualificar la lucha social; además de la indispensable convergencia de ambas vertientes de lucha, en un común Proyecto de nación, que garantice los intereses de las grandes mayorías.

La confluencia de estos dos esfuerzos de lucha ha partido del reconocimiento mutuo, de la especificidad, dinámica propia y necesidad de existencia de cada uno, para lograr el avance del cambio y la revolución.

El fracaso de las formas de representación política propias de dos siglos de repúblicas oligárquicas, también afecta a la izquierda, un ejemplo de ello está en el descrédito de numerosos dirigentes gremiales ante sus bases, a quienes ya no todos respaldan, cuando se postulan para cargos de elección popular.

La solución de fondo está en promover la autogestión en las organizaciones populares, con un nuevo tipo de liderazgo fundado en la consigna de “mandar, obedeciendo”. Lo que significa una construcción de diversas expresiones de vanguardia colectiva desde de las organizaciones sociales, movimientos, partidos e intelectuales de izquierda, que encarnan una genuina soberanía popular.

DISTANCIA ENTRE PROPUESTAS POLÍTICAS Y ACTUACIÓN ÉTICA

Para ser contracultura, el socialismo debe contradecir abiertamente a la cultura capitalista dominante, que no solo convierte la mercancía en valor, sino lo que es peor, transforma los valores en mercancías. Si la izquierda se adapta a la cultura dominante en vez de hacer ruptura con ella, queda interrogada la conformación de su identidad y su futuro como alternativa para la humanidad.

Cambiar la cultura del lucro, propia del capitalismo, por una humanista, de justicia y libertad, exige desde romper con las tradiciones heredadas de la Modernidad capitalista, hasta confrontar las taras derivadas de la rapacidad especulativa vigente, como son la compra de conciencias, la adicción a la ‘ganancia fácil’ -que evade todo tipo de controles sociales y públicos- y el ‘todo vale’ mafioso.

La batalla de ideas por una alternativa de izquierda, que enfrenta a poderosos aparatos ideológicos del sistema, demanda de esfuerzos colectivos muy grandes desde toda la sociedad, que trascienden la voluntad de un militante o de un partido revolucionario, para demostrar una actitud ética en la actividad política.


POR LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA

RUMBO AL ESTADO COMUNAL

miércoles, 20 de octubre de 2010

A PROPOSITO DE LA CONQUISTA..


518 AÑOS: RESISTIR ES LA RAZON DE VIDA DE LOS PUEBLOS
Revista insurrección 237

(...)Iban montados en bestias como demonios del mal,
iban con fuego en las manos y cubiertos de metal.
Solo el valor de unos cuantos les opuso resistencia (...)
Maldición de Malinche


1. Los pensamientos de los originarios habitantes del Abbya Yala se conjugaron entre la perplejidad, el miedo y la resistencia, cuando aparecieron las gigantescas canoas, y luego vieron desembarcar de ellas hombres y animales malolientes y salvajes, bárbaros, vestidos y plenos de metal, hablando en otras lenguas.

2. Al final la Resistencia, de diversas maneras, entre ellas y principalmente la armada, triunfó en sus mentes y corazones, impuesta por la agresión del imperio y sus más destacados y tremendos representantes eclesiásticos, políticos y militares.

3. La historia está plena de heroísmo y martirio de pueblos enteros, de sus caciques y lideres, de sus más aguerridos combatientes. La conquista española, a sangre y fuego, inhumana y carnicera, llena de ambición y rapiña, se enfrentó a pueblos que sin tener contacto entre ellos, respondieron como si un acuerdo previo existiera. Resistir o Morir.

4. La barbarie no tiene límites. Sufrimientos y torturas, suplicios y violaciones, masacres y genocidios, ruptura de procesos y desarrollos civilizatorios, de construcciones políticas y edificaciones culturales, de siglos de costumbres y sabidurías. España mostró su peor cara y asesinó la nuestra.

5. En el nombre de Dios, con la Cruz católica y el Rey, los conquistadores arrasaron con el Abbya Yala, infestándolo de enfermedades desconocidas, de costumbres extrañas, de religiones ajenas, imponiéndolas a sangre y fuego, para siempre.

6. Desde que tocaron tierra americana, los habitantes originarios enfrentaron la conquista, la guerra de rapiña imperial. En La Española y Cuba, encontraron a los Tainos en pie de lucha y al frente de ellos a Hatuey, quien con su heroísmo y su muerte marcó el camino de la Resistencia para los pueblos. Hasta nuestros días.

7. En México Cuauhtémoc y sus pueblos, en Venezuela, Guaicapuro, Catia, Tiuna, y todos sus guerreros que solo hasta que fueron aniquilados o dominados no permitieron la entrada del bárbaro. Urraca en Panamá, Diriangén en Nicaragua, Lempira en Honduras. En cada pueblo iban encontrando la dignidad, la respuesta precisa a su infamia.

8. Fueron decenas de jefes conquistadores los que fueron ajusticiados y con ellos centenares de soldados españoles. El diseño militar de la conquista, la llamada fundación de ciudades que no eran mas que Fuertes avanzados, para seguir adentrándose, se encontró con verdaderos estrategas que les hicieron la vida imposible a los agresores.

9. Los pijaos Calarcá y la Gaitana entre otros guerreros en Colombia, Lautaro y Caupolicán, mapuches indomables, los Tupac, fueron los símbolos de esa resistencia que aún hasta nuestros días son fuerza para el combate y la lucha por la liberación.

10. Los pueblos originarios mostraron el camino. La Resistencia al opresor, al invasor, al bárbaro, es un mandato de nuestra historia y parte de nuestra identidad. Somos un pueblo forjado en la lucha y la defensa de la justicia y de la independencia. Esta realidad que cumple 518 años, no ha cambiado. En este ciclo bicentenario. Los pobladores del Abbya Yala continuamos en la lucha por nuestra definitiva independencia.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

domingo, 17 de octubre de 2010

DOCUMENTOS PARA EL DEBATE (1)


El compañero Jose Manuel Rodriguez, comprometido con el proceso revolucionario, nos entrega una serie de 8 documentos para el debate; en esta primera entrega, presentamos los tres primeros como aporte para la praxis.

Que tres erres ni ocho cuartos..!

JM. Rodríguez



El campo de la revolución no ha sido nunca, en ningún lugar, un prado de suaves ondulaciones y serenas reflexiones, es, por el contrario, lo más parecido a un glaciar, en movimiento continuo, lleno de encrespamientos y fracturas, cuyos ruidos telúricos perturba permanentemente cualquier intento de vida calma. Ahora mismo, luego del 26-S, desde ese campo se están desprendiendo toneladas de palabras tratando de dar respuesta al exegético qué pasó. Esta avalancha ha levantado, no podía ser de otra manera, la ola angustiosa del qué hacer. Hasta yo puse mi parte con una brevísima narración que llamé Voces tempraneras, que aportó algunos kilos en ese desprendimiento.


La metáfora del glaciar, en una revolución como la venezolana que se evalúa constantemente en elecciones, nos llevaría a vislumbrar como inevitable su desmoronamiento frente a ese mar electoral. Entiendo que lo de las tres erres, ahora elevadas al cuadrado, tiene como propósito enfrentar ese destino fatalista. No creo que sea por ahí el camino, ese no es el mar en el que queremos sumergirnos, por el contrario, pienso más bien que hay que quitarle centralidad al tema de los logros y las dificultades de la gestión gubernamental con miras a las elecciones. Esa gestión simplemente se debe ejecutar con eficiencia, siempre y para todos los venezolanos. Disculpándome por la simplificación reductora: la basura debe ser recogida, en Catia y en la Lagunita.


Donde los revolucionarios debemos colocar el centro de nuestro esfuerzo es en la lucha por la ocupación de los espacios institucionales del Estado burgués por parte del poder popular, cosa que es, en principio, una tarea subversiva, y por lo tanto no propia de la gestión gubernamental sino de los cuadros de la revolución, que son parte, sin duda, de esa gestión.


Para intentar desarrollar esta idea voy a dedicar una serie de ocho artículos de, más o menos una cuartilla (de ahí lo de los ocho cuartos) que, si no están dotados de gran profundidad, cosa nada fácil, por lo menos serán lo suficientemente breves y sencillos para ayudar a la discusión sin hacerse latosos, eso espero. Comienzo con este:


1.- ¿De que hablamos cuando hablamos de poder popular?


Transferir el poder al pueblo no significa gobernar en su nombre, que es lo que hacen las democracias burguesas, tampoco es que gente del pueblo que llegó a ser diputado, gobernador o alcalde gracias al voto popular, se mantenga fiel a él. Transferir el poder al pueblo es liquidar la estructura del Estado burgués, y sus leyes, sustituyéndolo por el Estado socialista donde no hay parlamentarismo con su división de poderes, que es el argumento con el que se quieren legitimar los que gobiernan en representación del pueblo, sino un régimen (con la erre arrastrada) comunal donde las asambleas populares, con delegados que no estén dotados de ningún derecho a la permanencia, ejerzan directamente el gobierno ejecutivo, legislativo y controlador en cada ciudad, y esos gobiernos de las ciudades (que incluyen aldeas y caseríos) estén presentes, con sus delegados no permanentes, en una asamblea nacional popular. Esa es la revolución, no otra cosa.


Y digo que es una tarea subversiva no sólo porque hay que superar los controles del Estado burgués, sino porque hay que superar también los obstáculos que han surgido desde el propio seno del gobierno en revolución, cosa comprensible pues nadie que maneje alguna cuota de poder está dispuesto a soltarlo así como así. Nadie salvo los revolucionarios, y ellos no crecen silvestres ni los identifica una boina roja que tanto advenedizo porta por allí.


Por esos advenedizos aferrados al poder, los consejos que son propios de la organización del poder popular no han logrado avanzar significativamente. Los únicos que se han constituidos son los consejos territoriales, los llamados consejos comunales, y son apenas un reflejo de lo que se esperaba de ellos. Su conformación fue tutelada (cuando no secuestrada) por los intereses del alcalde, del gobernador o del ministro. Esos consejos, como dijo el Comandante-Presidente en algún momento, no pueden aparecer por decreto surgido desde arriba… tiene que ser como los manantiales… vienen brotando desde abajo, desde la tierra, las comunas deben brotar allá, desde la fuerza del poder popular… las comunas no son de Chávez, ni decretadas por el gobierno, ni por la ministra Farías, ni por el alcalde, ni por el gobernador, ni por el partido...


Peor es la situación de los demás consejos asociados a la formación y la producción, los consejos estudiantiles y los consejos de trabajadores apenas existen como germen (los sindicatos de la revolución, adecos de formación, no permiten estos últimos). Hay también razones objetivas que dificultan su conformación, pero, en las razones subjetivas nuestros propios funcionarios ejercen un gran peso. De ahí la gran importancia que tiene decirles a ministros, gobernadores y alcaldes, y ahora también a nuestros legisladores en esa asamblea nacional que pasó a ser lo que tenía que ser, que la mejor contribución que pueden hacer a la revolución es entender que no son ellos la revolución, que su tarea es revolucionaria si le ceden el paso, pero de verdad, al poder popular para que él pueda destruir esta vieja forma de gobierno de la que ellos forman parte.


Continuaré en cuatro días con…

2. Las tres patas para caminar al socialismo.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

DOCUMENTOS PARA EL DEBATE (2)

Que tres erres ni ocho cuartos..! (2)

JM. Rodríguez


Las tres patas para caminar al socialismo.


En el artículo anterior expresaba mi convicción sobre que el esfuerzo central de la revolución debe ser el empujar para que el poder popular ocupe los espacios institucionales del Estado venezolano, que es un Estado burgués y no socialista. Ojalá lo hayan leído pues, sobre esa base, paso ahora a tratar de desbrozar ese camino.


En la definición que se ha venido construyendo del Socialismo del siglo XXI se ha intentado sintetizar nuestra herencia cultural, histórica y política: el socialismo indoamericano, la resistencia cimarrona, la gesta independentista y el bolivarianismo; todo ello bajo el análisis del marxismo científico del cual el Comandante-Presidente se declaró seguidor. En síntesis, el socialismo bolivariano que buscamos será: comunal, colectivista, productivo, solidario, justo, democrático, abierto y marxista.


Pero no basta con que se enuncie el carácter socialista de la revolución y que la adjetivemos de la manera como lo hemos hecho, para que este socialismo se haga realidad, de ahí que el Comandante-Presidente visualizará diversas vías para avanzar en ese camino, entre ellas mencionaré dos que tienen para mi vital importancia: crear las bases jurídicas necesarias para darle organicidad al poder popular, y delinear los territorios que les pertenece a aquellas ciudades que por su cohesión política y su capacidad económica, real o potencial, puedan conformarse como ciudades socialistas (la expresión física de las comunas) estableciendo en ellos la propiedad colectiva de los medios de producción, con énfasis en la cuestión agraria.


En la primera vía se ha aprovechado la amplísima mayoría que tenía el PSUV en la Asamblea Nacional y el enorme respaldo popular de Chávez, para avanzar por allí aprobando reformas y leyes que “faciliten” los cambios. En la segunda, la nueva geometría territorial, las dificultades legales han sido más amplias, tiene que ver con la reforma constitucional en la que ya fuimos derrotados (más por nuestras propias torpezas que por la fuerza de la oposición). Pero la revolución no se hace por vía constitucional o legislativa, ellas son una ayuda muy importante, evita la confrontación violenta, mientras la derecha no tenga otra opción. La revolución requiere, para construir el nuevo estado, el estado socialista, organizar y elevar el nivel de conciencia de la gente, pues a las condiciones objetivas hay que colocarle el sujeto para la transición.


La organización y la elevación del nivel de conciencia para lograr que realmente se construyan estos territorios socialistas, es metodológicamente una función del partido, es una tarea de los cuadros del partido, pero el PSUV no es un partido de cuadros, él está hecho para la movilización y lo electoral, y eso lo ha hecho bien. Quienes han venido supliendo esta función, propia de los cuadros políticos, conscientes o empujados, son una parte (no muy numerosa) de los funcionarios de las instituciones del Estado, cosa que seguramente les ha dificultado el accionar tradicional y específico, que es la gestión gubernamental. Siguiendo con los ejemplos toscos: ¿recojo la basura o trabajamos en el desarrollo de la conciencia ciudadana?


Si el análisis es correcto el avance de la revolución venezolana al socialismo se apoyaría en: un gran partido territorial apabullante en las movilizaciones e invencible en lo electoral que mantiene el control sobre las estructuras del Estado, dentro de las reglas de juego de la democracia burguesa y, por otro lado, una maquinaria institucional, en todos los niveles del Estado, conformada por funcionarios, que sin dejar su tarea técnica-administrativa, son cuadros políticos que trabajan en la organización y elevación de la conciencia que facilitará el desmontaje del Estado burgués por parte del poder popular. Esta doble tarea sólo puede hacerse con instituciones que dejan de lado la burocracia y la verticalidad para convertirse en instrumentos de formación y acompañamiento técnico. Para eso tendrían que ser lo más horizontales posibles, abrirse al debate interno, estar en contacto permanente con las bases populares y articularse eficazmente entre si. Esta realidad ahora solo existe en el sitio y momento por donde el Comandante-Presidente va a pasar. Tal cosa hace muy difícil que bases populares y funcionarios trabajen juntos en organizar y formar, recogiendo, además, la basura en todos los lugares.


Sintetizando todo este planteamiento diríamos que las tres patas para el desarrollo y consolidación del poder popular son:

1ª. El partido de masas que asegura la hegemonía electoral

2ª. La maquinaria gubernamental eficaz, conformada por cuadros políticos.

3ª. La definición de las ciudades como territorios socialista.


Un partido así lo tenemos. Estamos lejos de alcanzar la segunda pata: las misiones han hecho la tarea, pero, muy pocos ministerios y tal vez algunas gobernaciones y alcaldías, se han acercado a este ideal. Por último, la definición del territorio socialista, que es la tercera pata, entró en una ambigüedad sorprendente pues es en eso donde mayor resistencia hay de parte de los actores del proceso y donde mayor avance ha logrado la derecha (ya hablaremos de esto).


En nuestra próxima entrega continuaremos con:

3. Las experiencias comunales exitosas.

viernes, 15 de octubre de 2010

Que tres erres ni ocho cuartos!!! Las Experiencias Comunales Existosas

¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (3)
JM. Rodríguez

Las experiencias comunales exitosas.


Luego de definir en el artículo 2 lo que son, a mi parecer, las tres patas para caminar al socialismo, trataré ahora de revisar algunas experiencias comunales territoriales de importancia. Hay igualmente experiencias comunales laborales que requiere ser recogidas y sintetizadas: la cogestión en la empresa ALCASA, o la de la empresa La Gaviota, fueron muy importantes. En Pueblo Nuevo de Falcón, voceros y voceras de empresas y de diversas instituciones del Estado presentaron unas líneas estratégicas para la construcción de un modelo de gestión socialista en las fábricas. Tan significativo como esto fue lo de PROFORCA en los municipios del sur de Monagas, y siempre será referencial Monte Carmelo en Sanare. Sin embargo, me limitaré aquí a comentar dos experiencias pioneras de conformación del poder popular desde la vertiente territorial.

La primera de ellas se realizó durante siete años en el municipio Libertador del estado Carabobo, con un alcalde que comprendió (a su manera) la importancia de desarrollar el poder popular. Allí las comunidades estructuraron su municipio en treinta y cinco territorios sociales. Ellos tenían en común: un mismo desarrollo histórico, un alto sentido de pertenencia de parte de sus habitantes, los mismos problemas y un proyecto claro para superarlos. Si bien no estaba planteada la sustitución progresiva de la estructura municipal cuartorepublicana, por un poder directo y autónomo de base, que es lo que se aspira con el desarrollo del poder comunal, estaba presente una alta comprensión de la importancia de la organización y la participación. Las autoridades que vinieron después del alcalde Loreto, siendo también del proceso, crearon nuevos consejos que enfrentaron a las organizaciones anteriores liquidando este avance.

La segunda experiencia, es la que está localizada en la siempre combativa sierra de Falcón. Allí está la Confederación de Consejos Comunales José Leonardo Chirino, esfuerzo colectivo, campesino, bolivariano y revolucionario que se ha venido construyendo en los municipios de la sierra. Su propósito es construir un territorio confederado bajo el control de un gobierno popular, con la vista puesta fijamente en el socialismo y enfrentando los cercos del poder constituido. Allí, a diferencia del caso anterior, no hay autoridades que lo promuevan, por el contrario, ellas se han empeñado en desconocer ese liderazgo colectivo, y como en el caso anterior, han creado nuevas organizaciones que fracturen esta Confederación.

Ese liderazgo que menciono organizó, en mayo del 2009, un evento llamado Encuentro Nacional de Experiencias de Procesos en Construcción de Comunas. Fue un encuentro sorprendente por la claridad conceptual de sus participantes y por el documento producido. El discurso de apertura, a cargo de uno de sus líderes, el camarada Oswaldo “Guacharaco” Miquelena, fue realmente notable, de él tomé notas que quiero reproducir aquí por lo aleccionadoras de ellas: Las Macanillas está en la Sierra, es parte del territorio de los jiraharas. Aquí llegaron luego los españoles. Con sus armas y cruces los sometieron. Luego trajeron encadenados a los africanos. Aquí se dieron las luchas de emancipación de José Leonardo y también las guerrillas de los años sesenta. En ellas nos formamos. Venimos de la organización social para la resistencia, de formar nuestros consejos comunales aún antes de que saliera la Ley. Ahora somos sesenta y cuatro consejos comunales que hemos conformado la Confederación de la Sierra. Estamos impulsando dos proyectos que para nosotros son muy importantes: el Mercado del Trueque y el Acueducto de la Sierra, pero, nuestro objetivo estratégico es conformar un territorio confederado. Para eso tenemos que organizar las comunas y tener un debate permanente, no queremos tener consejos comunales con proyectos reivindicativos. Queremos tener un gobierno comunal.

Las mesas de trabajo que se constituyeron discutieron sobre: la definición de la comuna socialista, la estructura orgánica, el ejercicio del auto-gobierno, el papel de las instituciones públicas, la relación entre comunas, movimientos y partido y, por último sobre comuna y socialismo. De esa intensa discusión tomaré ahora, resumiéndolos, los cinco elementos que, según ellos, definen, de mejor manera, la comuna socialista:
1. Rescate de la memoria, de los valores y la potencialidad colectiva. Tejido de las redes comunitarias y búsqueda de la máxima felicidad posible.
2. Desarrollo del sentido de pertenencia e identificación. Los saberes ancestrales y la relación con la madre tierra. Definición del territorio productivo eliminando la propiedad privada y la diferenciación entre campo y ciudad.
3. Comprensión de la comuna como un espacio de construcción del socialismo, definiendo la nueva ética socialista, difundiendo la organización comunal y formando una nueva espiritualidad deslastrada del capitalismo.
4. Conformación del gobierno para las tareas públicas y prácticas de la comuna, fomento de la democracia participativa y discusión de la división clásica de los poderes.
5. Búsqueda de lo endógeno y lo sustentable de la comuna. Las formas de economía socialista en la cadena productiva (producción, distribución, intercambio, consumo), es decir el trabajo productivo liberador que asegure el consumo interno y la distribución externa de excedentes.

Lamentablemente la fractura provocada desde afuera va avanzando.

El próximo artículo:
4. La plataforma jurídica del poder popular.

martes, 5 de octubre de 2010

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lunes, 4 de octubre de 2010

SUCIO DINERO: SU CRIMINAL HISTORIA

Como aporte para las jornadas anticapitalistas, y en general para los procesos de formación, enviamos el enlace a la pagina www.raditeca.net, en donde encontramos la serie BREVE HISTORIA DEL DINERO, 9 audios en donde se refleja la historia del vil metal.

http://www.radioteca.net/verserie.php?id=5651


Esperamos sirvan para la difusión y el analisis.
Un abrazo.
Elkin.


OTRA ECONOMÍA YA EXISTE

RUMBO AL ESTADO COMUNAL

EN CONTRA DEL DIOS MERKADO

Como aporte para las jornadas anticapitalistas, y en general para los procesos de formación, enviamos el enlace a la pagina www.radialistas.net, en donde encontramos la serie EL DIOS MERCADO.

http://www.radialistas.net/serie.php?id=50013


Esperamos sirvan para la difusión y el analisis.
Un abrazo.
Elkin.


OTRA ECONOMÍA YA EXISTE

RUMBO AL ESTADO COMUNAL