sábado, 27 de noviembre de 2010

ABYA YALA MILES DE AÑOS.. LAS LUCHAS CONTINUAN


Colonialismo del siglo XXI: Situación del pueblo Yukpa y Barí.

Caso Cacique Sabino Romero

En la sierra de Perijá, ubicada en el estado Zulia de la República Bolivariana de Venezuela, históricamente, antes de la llegada del colonizador europeo, han habitado los pueblos indígenas Yukpa y Barí. En este sentido, esas comunidades indígenas tienen combatiendo y luchando por la defensa de la tierra, hábitat, que sus antepasados disfrutaron y protegieron; alrededor de 500 años. Los colonizadores europeos, las empresas transnacionales y estatales explotadoras de carbón y petróleo, los hacendados y ganaderos; han empleado continuamente la violencia para despojarlo de sus tierras: asesinando, violando, torturando y desapareciendo a los hombres y mujeres de los referidos pueblos indígenas.

Con la llegada del gobierno bolivariano, los Yukpa y los Barí, pensaron que la historia de vejaciones y maltratos se acabaría; sin embargo, con decepción y dolor observamos, más allá de su apoyo incondicional al camarada Chávez, que siguen siendo maltratados y asesinados por los hacendados que ocuparon sus tierras con el apoyo de la violencia privada y estatal en el pasado y, todavía, las mantienen ayudados por la violencia del Estado Burgués. Una situación inconcebible, injusta, que ocurre en la actualidad; en el marco del proceso bolivariano.

La Constitución Bolivariana, aprobada por la inmensa mayoría de los venezolanos en un referéndum popular, en el año 1999, sostiene en su artículo 119 que:

“El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo establecido en esta Constitución y en la ley.”

El presente artículo, olvidado por el gobierno bolivariano, le impone al Estado, con la participación de los pueblos indígenas; incentivar la demarcación y reintegro a sus verdaderos propietarios comunales de las tierras de la Sierra de Perijá, los Yukpa y Barí; pero, el actual Estado Burgués, no ha cumplido con la Constitución Bolivariana, convirtiéndola en “letra muerta”, es decir, en un conglomerado de buenos propósitos y bellas palabras, muy propias de la pequeña-burguesía gobernante; que no son desarrollados y cumplidos.

La realidad, esa que padecen los oprimidos y explotados de siempre, lo expreso con dolor y arrechera; es que el Cacique Yukpa Sabino Romero se encuentra en una cárcel en el estado Trujillo, por defender su territorio del hacendado y latifundista Guillermo Vargas, que emplea sicarios para mantener en zozobra y asesinar a los Yukpa y Barí, que luchan por sus tierras; hacendado que tiene el apoyo del ejercito nacional, que entra con la violencia del colonizador a la Sierra de Perijá; para imponerle a los pueblos Yukpa y Barí, la demarcación que en una oficina de Caracas realizaron, sin participación indígena como dice la Constitución, los funcionarios del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (le queda muy grande el nombre de ministerio del Poder Popular).

De esta manera, debemos exigirle al gobierno bolivariano, y al camarada Presidente Hugo Chávez, que asuma con seriedad y responsabilidad revolucionaria la problemática que padecen los hermanos Yukpa y Barí; comenzando por promover la liberación inmediata del Cacique Sabino Romero y la discusión fraternal con los pueblos Yukpa y Barí, sobre la demarcación de sus tierras ancestrales.

No podemos pensar que cambiando el nombre oficial del 12 de Octubre, llevando al Cacique Guaicapuro al Panteón Nacional, invitándolos a desarrollar sus danzas típicas en actos oficiales o permitiéndoles elegir tres diputados; estamos resolviendo los problemas de fondo que sufren y padecen los pueblos indígenas del país. Necesitamos con urgencia, como revolucionarios, desarrollar los artículos de la Constitución Bolivariana; con la indispensable participación y organización autogestionaria de los pueblos indígenas, garantizando el cumplimiento de sus derechos. ¡Libertad para el Cacique Sabino Romero y cárcel para los hacendados y militares que asesinan y torturado a nuestros hermanos indígenas!

Omar Vázquez.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LEGADO DE LA HISTORIA...

asamblea de soviets obreros



El problema de la transición al Socialismo (II)
Por: Homar Garcés
Fecha de publicación: 17/11/10


Lenin en su Informe sobre la Nueva Política Económica, implementada en la Unión Soviética ante los graves problemas económicos y de desabastecimiento que padece su población, indica “realizar en todo el país un intercambio más o menos socialista, de productos industriales y productos agrícolas, y por medio de este intercambio de mercancías restablecer la gran industria, como único fundamento de la organización socialista”. “Ahora nos vemos obligados -concluye Lenin- a retroceder un poco más, no sólo al capitalismo de Estado, sino a la regulación estatal del comercio y de la circulación monetaria. Sólo por este camino, más largo aún que el previsto, podemos restaurar la vida económica.” Tal situación, salvando distancias y tiempos, viene a planteárselo también Ernesto Che Guevara al encargársele la dirección del proceso de industrialización en Cuba, expresando sus dudas respecto al modelo económico contemplado en el manual de la Academia de Ciencias de la URSS.

Desde entonces, la sustitución del modelo económico capitalista significó un escollo difícil de superar para muchos de los gobiernos proclamados como socialistas en el mundo, pues todo lo existente en relación a un modelo económico socialista provenía mayormente de esta nueva potencia, manteniéndose algunos rasgos pertenecientes al capitalismo. Quizás en ello influyera el hecho que todas las experiencias revolucionarias socialistas tuvieran lugar en países periféricos del sistema capitalista, como Rusia y China, con economías prácticamente precapitalistas, en vez de aquellos altamente desarrollados, como lo previeran Marx y Engels. Consciente de ello, Lenin expone a la dirigencia de la revolución en Hungría que “es absolutamente indudable que la mera imitación de nuestra táctica rusa en todos los detalles, dadas las condiciones de la revolución húngara, sería un error. Debo prevenir a ustedes contra ese error...”. Esto lo recalcaría también en su obra El “izquierdismo” enfermedad infantil del comunismo, donde escribe que los revolucionarios deben ser capaces de aplicar “los principios generales y fundamentales del comunismo a las relaciones peculiares entre las clases y los partidos, a las características peculiares del desarrollo objetivo hacia el comunismo, que en cada país son diferentes y debemos saber descubrir, estudiar y vaticinar.” Sin embargo, en la mayoría de las naciones que luego conformaran el bloque soviético se obvió esta recomendación de Lenin y se adoptó como dogma científico lo aplicado desde el Kremlin. En muchos casos, lo que ocurrió fue la implementación de un capitalismo regulado desde las estructuras del Estado, lo cual conllevaría más tarde a abrirle espacio a una nueva clase económica poco diferenciada de la existente en el resto del mundo capitalista, pero florecida con el ropaje “socialista”.

Transcurrido el siglo XX, el socialismo sigue representando la alternativa revolucionaria frente al capitalismo, sólo que ahora se pretende distinguirlo del “realmente existente” en la Europa oriental, lo cual se ha extendido a China, Vietnam y Cuba, con sistemas nominalmente socialistas o comunistas, al permitir cierta coexistencia económica con el capitalismo. No obstante, se nota aún la dificultad para la instauración definitiva de un sistema propiamente socialista, así como una definición mejor perfilada, al encararse el viejo dilema de las relaciones de producción y la dicotomía trabajo-capital, máxime cuando el mundo se encuentra sometido a los intereses de las corporaciones capitalistas transnacionales. Todo esto envuelve manejar criterios nuevos, alejados del idealismo poco realista frecuente en alguna gente de izquierda, entretanto se vayan creando las condiciones mínimas requeridas para que la clase asalariada alcance su emancipación y autodeterminación, aceptando sin prejuicio alguno que el socialismo -tal como lo concibieran o asomaran Marx, Engels, Lenin y otros tantos teóricos y luchadores revolucionarios- no se ha concretado, por ahora, en país alguno.-

¡¡¡REBELDE Y REVOLUCIONARIO!!!

¡¡Hasta la Victoria siempre!!
¡¡Luchar hasta vencer!!

mandingacaribe@yahoo.es


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

lunes, 15 de noviembre de 2010

LEGADOS DE LA HISTORIA...




El Problema de la Transición Hacia el Socialismo

Autor:
Homar Garcés
Públicado:
10/Noviembre/2010





Mucho antes de la implosión de la Unión Soviética, algunos teóricos del socialismo se habían preocupado por definir las características y categorías de su transición, partiendo de la realidad de la sociedad capitalista contemporánea y permitiéndose revisar el legado de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, entre otros. Todo esto en un momento histórico que parecía darle la supremacía definitiva al imperialismo gringo y sus socios europeos sobre el otrora bloque soviético o comunista, víctima de un estancamiento económico, producto -básicamente- de la contienda asimétrica entablada con éste, con las consecuencias ya conocidas.

La primera revolución proletaria mundial, en su camino de construcción del socialismo, tuvo que afrontar -en un país atrasado técnicamente y sin los niveles de productividad observados en el resto de Europa- los graves problemas creados por la Primera Guerra Mundial, la guerra civil y los ataques de las potencias europeas, deseosas éstas de acabar con esta peligrosa experiencia revolucionaria que amenazaba sus intereses, por lo que Lenin y el régimen bolchevique tuvieron que realizar un viraje estratégico en 1921 en materia económica, planteando la necesidad de una serie de etapas transitorias previas. Ello sería, en alguna forma, el reconocimiento tácito de lo afirmado por Marx en su Crítica al programa de Gotha en el sentido que “de lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede”. Cuestión ésta que amplía al escribir: “En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!”.

Sin embargo, al prevalecer la tesis de la revolución socialista en un solo país (contradiciendo el análisis leninista al señalar que “mientras no haya revolución en otros países, necesitaremos décadas para salir de esta situación”), el enriquecimiento teórico del socialismo se vio truncado. En los diferentes regímenes establecidos como socialistas en varias naciones del planeta, fue adoptado como dogma inapelable lo realizado en la URSS, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada una de ellas. Al margen de ello, no se avanzó decididamente en la eliminación de los esquemas heredados del capitalismo, manteniendo las mismas relaciones de producción, y, peor aún, no se le dio cabida al protagonismo y a la participación de las masas, en tanto los funcionarios del Estado (en simbiosis con la estructura burocratizada del Partido comunista) se convertían en una nueva versión de clase gobernante, a pesar de proclamarse allí la dictadura revolucionaria del proletariado y la eliminación de las clases sociales.

Todo esto vino a determinar hasta el día de hoy -en uno y otro sentido- el comportamiento de los diferentes movimientos populares revolucionarios del mundo. De ahí que exista una preocupación genuina entre muchos seguidores del socialismo sobre su pertinencia actual. Esto ha exigido un debate inconcluso, con posiciones distintas y, a veces, antagónicas, pero todas marcadas por la necesidad de definir el socialismo a la luz del mundo capitalista de hoy, algo que no fuera previsto por sus antecesores sin caer en el utopismo y, menos, el fenómeno de masas que tiene lugar en nuestra América, proclamando la vigencia del socialismo como alternativa revolucionaria frente al capitalismo. Esto hace de tal debate un asunto de vital importancia para la coyuntura mundial y la correlación de fuerzas actual, con toda la audacia, el espíritu crítico y el rigor científico que ello exige.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Liberación tecnológica o Dependencia?

La revolución bolivariana ha iniciado el desmontaje del sistema de dependencia tecnológica imperial, una de las primeras iniciativas fue el decreto 3390 en diciembre de 2004, mediante el cual se instruye a toda la administración pública a usar aplicaciones y software bajo ambiente liberado, con la premisa de la posesión y acceso universal, contra la propiedad privada de este importante instrumento.
A seis años de la publicación del decreto 3390 y once años de la revolución, el decreto se ha vuelto una mera declaración, las empresas pivotes de la economía venezolana, a saber: PDVSA, CANTV y CORPOELEC, desarrollan todas sus operaciones basadas en software propietarios. La situación de la banca pública es aún peor, ya que en este ámbito existe un sistema en software libre desarrollado con talento nacional, capaz de sustituir los propietarios que emplean bancos como; banco del tesoro, banco bicentenario, banco agrícola y el banco de Venezuela. La dominación tecnológica no ha podido ser vencida en este sector, el cual parece decidido a renovar la licencia propietaria que junto a las instituciones ya nombradas, alcanzan una cifra cercana a los 350 millones de dólares anuales por costos asociados a la licencia y mantenimiento, si están leyendo bien, estamos hablando de un mil quinientos millones de bolívares, que año tras año el estado revolucionario debe gastar para mantener un sistema de dependencia tecnológica que maneja el mismo esquema del paro petrolero.
Es hora de iniciar la revolución del software libre. Asumamos este reto con la gallardía de los comuneros, con la entereza de Carabobo, con la entrega del 4 de febrero y con el empuje y la esperanza de una revolución que cada día se reinventa en el constante proceso de construcción del socialismo.

Atenea Jiménez Lemon

jueves, 11 de noviembre de 2010

LA REVOLUCION DE OCTUBRE

VLADIMIR ILICH ULIANOV (Lenin)

A PROPOSITO DE LA HISTORIA...


Resignificar los procesos sociales, significa recuperar la memoria histórica.

A pesar de las criticas existentes al mal llamado socialismo real, representado por la ex unión soviética, se hace imprescindible establecer los criterios del cómo se dio ese proceso revolucionario y revisar los aportes que le hizo a la historia de las revoluciones, sobre todo, en la practica concreta del siglo XX.

Un aporte para ir recuperando esa memoria histórica que la educación burguesa y las pretensiones reformistas intentan hacernos olvidar.



93 aniversario de la revolución rusa

Agencia Prensa Rural / Lunes 8 de noviembre de 2010

www.prensarural.org/

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

La Revolución rusa de 1917 fue un movimiento político en Rusia que culminó en 1917 con la expulsión del gobierno provisional que había reemplazado el sistema zarista, lo que llevó finalmente al establecimiento de la Unión Soviética, que duró hasta su caída en 1991.

En la Revolución pueden distinguirse dos fases:

* La primera fue la llamada Revolución de febrero de 1917, que desplazó la autocracia del zar Nicolás II de Rusia, el último de la historia, y tenía la intención de instalar en su lugar una república liberal.

Disturbios en la perspectiva Nevski de Petrogrado contra el gobierno provisional, en julio de 1917.

* La segunda fase fue la Revolución de octubre, en la que los soviets, inspirados y dirigidos cada vez más por el Partido Bolchevique, bajo el destacado papel estratégico de Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, y la importante acción organizadora de León Trotsky, encabezando el Comité Militar Revolucionario, tomaron el poder mediante una insurrección popular armada, arrebatándolo al gobierno provisional dirigido por Aleksandr Kérensky, y disolviendo el aparato gubernamental del anterior Estado constitucional burgués, junto con sus instituciones: la gendarmería, las Fuerzas Armadas de Rusia, la propiedad privada sobre los principales medios de producción y servicios y más tarde la Asamblea Constituyente. Éstos fueron sustituidos a su vez por el Estado obrero, bajo el control o dictadura del proletariado y la democracia soviética, el control obrero de la producción, la redistribución de la tierra a los campesinos, tras la expropiación a los terratenientes y capitalistas, la Guardia Roja y el Ejército Rojo, organizado éste y dirigido por Trotsky. Además, se negoció la Paz de Brest-Litovsk y concedió el derecho de autodeterminación a las nacionalidades sometidas al imperio ruso. Esta segunda revolución se extendió por numerosísimos entornos, afectando tanto a las ciudades como al entorno rural. Al mismo tiempo que ocurrían muy importantes sucesos históricos en Petrogrado y Moscú, paralelamente empezó a desarrollarse un movimiento consolidado y extendido en el campo, especialmente en las zonas más fértiles del antiguo Imperio como el sureste de Ucrania, a medida que los agricultores fueron tomando y redistribuyendo la tierra, y organizándose en asambleas populares y grupos armados.

Causas de la Revolución rusa

La Revolución rusa fue uno de los más importantes hechos ocurridos en la época contemporánea. Su impacto fue palpable tanto en América como Europa. Aunque la Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, le dio a otros países convulsos del tercer mundo un ejemplo a seguir. Décadas después, el modelo filosófico/gubernamental tomaría renovada notoriedad a medida que Rusia, convertida en un estado socialista y en una superpotencia económica y militar, se enfrentara a los Estados Unidos en la Guerra Fría.

En cualquier caso, las dos revoluciones de 1917 se dividieron en dos grandes partes: la caída del régimen zarista (Revolución de Febrero) y la creación del primer estado socialista del mundo (Revolución de Octubre). Las causas de estas dos revoluciones abarcan las situaciones políticas, sociales y económicas de Rusia en la época. Políticamente, el pueblo ruso odiaba la dictadura del zar Nicolás II. Las bajas que los rusos sufrieron durante la I Guerra Mundial debilitaron aún más la imagen de Nicolás. Socialmente, el régimen despótico del zar había estado oprimiendo al campesinado durante siglos. Esto provocó tensiones dentro de la clase baja rural que desembocó en altercados. Económicamente, la inflación y el hambre por toda Rusia contribuyeron asimismo a la revolución.

Definitivamente, una combinación de estos tres factores, combinados con el liderazgo de Vladimir Lenin y León Trotsky, condujeron irremisiblemente a la Revolución rusa.

Causas económicas

Las causas económicas de la Revolución rusa se atribuyen en gran medida a la mala gestión del zar, sumada a la I Guerra Mundial. Más de quince millones de hombres se unieron al ejército, que dejó un número insuficiente de trabajadores en las fábricas y las granjas. El resultado fue una escasez generalizada de alimentos y materias primas. Los obreros tuvieron que soportar terribles condiciones de trabajo, incluyendo jornadas de doce a catorce horas y bajos salarios. Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores condiciones y mayores salarios. Aunque algunas fábricas accedieron a las peticiones para elevar los salarios, la inflación de guerra anuló su efecto. Hubo una protesta ante la que Nicolás respondió con violencia (véase Causas políticas); en respuesta, los trabajadores de la industria fueron a la huelga y paralizaron de hecho el ferrocarril y el resto de redes de transporte. Las pocas mercancías que estaban disponibles no podían llevarse a su lugar de destino. Los precios se dispararon a medida que los bienes esenciales eran cada vez más escasos. En 1917, el hambre amenazaba a muchas de las grandes ciudades. El fracaso de Nicolás en resolver los problemas económicos de su país y la promesa del comunismo por aplacarlos compuso el núcleo de esta revolución.

Causas sociales

Las causas sociales de la Revolución tienen su origen en siglos de opresión del régimen zarista sobre las clases bajas, además de los desmanes de Nicolás en la I Guerra Mundial. Aproximadamente un 85% del pueblo ruso formaba parte del campesinado, oprimido por las clases superiores y el propio régimen. El vasallaje, asociado comúnmente con la Edad Media, describe con precisión la situación social de la Rusia de Nicolás: Una pequeña clase de nobles terratenientes controlaban una vasta cantidad de siervos. En 1861, el zar Alejandro II de Rusia emancipó a estos campesinos no por razones morales sino porque impedía el avance social de Rusia. Sin embargo, esta nueva libertad fue de carácter limitado, dado que no tenían ninguna tierra que cultivar. Como resultado, el gobierno elaboró nuevas leyes que les otorgaban pequeñas parcelas que trabajar. Sin embargo, la cantidad de tierra que se les cedió fue insuficiente, con lo que se desencadenaron enormes sublevaciones. La I Guerra Mundial sólo aumentó el caos. La ingente demanda de producción industrial de artículos de guerra y obreros causó muchas más insurrecciones y huelgas. Además, como se necesitaban a muchos trabajadores en las fábricas, los campesinos emigraron a las ciudades, que pronto se vieron superpobladas, viviendo bajo condiciones que rápidamente empeoraron. Para colmo, mientras que la cantidad de alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, el abastecimiento tras el frente se empobrecía más y más. En 1917, el hambre amenazaba a la mayoría de las grandes ciudades. La suma de todos los factores anteriores contribuyó a un creciente descontento entre los ciudadanos rusos, que posteriormente desembocaría en la Revolución.

Causas políticas

La faceta política de la Revolución rusa es, esencialmente, el resultante de la combinación de los problemas sociales y económicos mencionados arriba. Desde al menos 1904, los trabajadores de clase baja de Rusia sufrieron una calamitosa situación económica.

Muchos de ellos trabajaban once horas al día. Las condiciones de salud y seguridad en el trabajo eran sombrías, y los salarios bajaban. Se produjeron numerosas huelgas y protestas con el paso del tiempo. Casi todas fueron ignoradas por Nicolás o reprimidas, en ocasiones de una manera violenta y mortífera (véase Domingo Sangriento). El intento fracasado de conquista de Manchuria fue también muy impopular entre el pueblo. Parte de la clase intelectual (educada en muchos casos en Occidente) también rechazaba la autocracia zarista. En 1915, la situación se tornó crítica cuando Nicolás decidió tomar el control directo del ejército, supervisando personalmente el frente de guerra y dejando a su incapaz esposa Alejandra al cargo del gobierno.

Sobre octubre de 1916, Rusia había perdido entre 1,6 y 1,8 millones de soldados, a los que había que añadir dos millones de prisioneros de guerra y un millón de desaparecidos. Poco ayudaron estas cifras a la moral del ejército. Empezó a haber motines, y en 1916 empezaron a circular rumores de confraternización con el enemigo. Los soldados estaban hambrientos y faltos de calzado, munición e incluso de armas. Se culpó a Nicolás de estas calamidades, y el pequeño apoyo que todavía le quedaba empezó a tambalearse. A medida que este descontento general y odio hacia Nicolás II crecían, la Duma (cámara baja del parlamento ruso representada por terratenientes, ciudadanos, trabajadores de la industria y campesinos) emitió una advertencia al zar en noviembre de 1916 declarando que se avecinaba el desastre sobre la nación si no se ponían en marcha reformas constitucionales. Como era de esperar, Nicolás hizo caso omiso. El resultado no se demoró, y varios meses después el régimen colapsó durante la Revolución de febrero de 1917. Un año después, el zar y su familia fueron ejecutados.

Revolución de febrero

La Revolución de Febrero sobrevino casi espontáneamente cuando el pueblo de Petrogrado protestó contra el régimen zarista por la escasez de comida en la ciudad.

Existía también un gran descontento con la involucración en la Primera Guerra Mundial. A medida que las protestas crecían, muchos políticos reformistas, (tanto liberales como de extrema izquierda) empezaron a coordinar sus actividades. A principios de febrero las protestas se fueron tornando violentas en cuanto los ciudadanos se sublevaron y enfrentaron a la policía y los soldados. Cuando el grueso de los efectivos destacados en la capital se unieron a la sublevación, ésta se convirtió en una verdadera revolución obligando a abdicar al zar previo a una transición casi sin derramamiento de sangre.

Se constituyó un nuevo gobierno provisional, también llamado Duma, a la vez que se planeó la convocatoria de elecciones. Entre febrero y octubre los revolucionarios intentaron fomentar cambios más radicales, bien a través del Soviet de Petrogrado o de forma directa. En julio, los bolcheviques de Petrogrado, en colaboración con los anarquistas, promovieron una rebelión civil. Esta insurrección fracasó.

Revolución de octubre

La Revolución de Octubre fue liderada por figuras tales como León Trotsky o Vladimir Lenin, y basada en las ideas de Karl Marx. Marcó el inicio de la expansión del comunismo en el siglo XX. Ésta fue mucho menos espontánea que la revolución de Febrero y fue resultado de planes deliberados y actividades coordinadas desde principio a fin. La asistencia logística y financiera de la inteligencia alemana vía su agente clave, Alexander Parvus, fue una pieza fundamental.

El 7 de noviembre de 1917, los líderes bolcheviques Vladimir Lenin y León Trotsky lideraron a los revolucionarios de izquierda en una revuelta contra el ineficaz Gobierno Provisional (Rusia aún estaba usando el calendario juliano, de modo que las fuentes del momento citan la fecha como 25 de octubre). La Revolución de Octubre culminó la fase revolucionaria instigada en febrero, reemplazando el gobierno provisional, encabezado por Kerensky, por el poder organizado y deliberativo de los soviets obreros, soldados y campesinos, verdaderos organismos de participación política y asamblearia por parte de las clases trabajadoras de la población.


RUMBO AL ESTADO COMUNAL

lunes, 8 de noviembre de 2010

EN CONTRA LA GLOBALIZACION INTERNACIONALICEMOS LA RESISTENCIA



Los compáñeros y compañeras de La Via Campesina, hacen la convocatoria para las movilizaciones en contra del desarrollo capitalista, otra via si es posible... ¡¡YA EXISTE!!



¡Miles de soluciones del pueblo ante el cambio climático!

¡Miles de parcelas campesinas para enfriar el planeta!

¡Miles de Cancún por la justicia climática!

La Vía Campesina invita a los movimientos sociales a movilizarse en el mundo


Los movimientos sociales de todo el mundo se están movilizando para la 16ª Conferencia de las Partes (COP 16) de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) que se celebrará en Cancún, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de 2010.


La COP 15 en Copenhague demostró la incapacitad de los gobiernos para enfrentarse a las causas reales del caos climático. En el último momento, los EE.UU. presionaron para aprobar de forma antidemocrática el llamado "Entendimiento de Copenhague", en un intento por alejar el debate de los compromisos de Kioto de Naciones Unidas y favorecer soluciones voluntarias con base en el libre mercado.


Las negociaciones climáticas parecen cada vez más un gran mercado. Los países industrializados, históricamente responsables de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero, están inventando todos los trucos posibles para evitar reducirlas. Por ejemplo, el "Mecanismo para un Desarrollo Limpio" (MDL) del protocolo de Kioto permite a los países seguir contaminando y consumiendo como de costumbre, al mismo tiempo que pagan a los países del Sur global para abrir nuevas plantaciones agrícolas que se consideran "sumideros de carbono".


En este mercado climático global, las empresas transnacionales están intentando embolsarse el máximo dinero posible, vendiendo tecnologías destructivas enmascaradas tras la mentira de que pueden solucionar la crisis climática, como los agrocombustibles genéticamente modificados bajo el pretexto de reducir el consumo de combustibles fósiles. Por ejemplo, desde la elección de Obama, Monsanto ha gastado millones presionando al Congreso para la legislación sobre cambio climático. La mayor empresa de semillas en el mundo arguye que los monocultivos de su soja Roundup Ready pueden calificar para los créditos de carbono puesto que contribuyen a reducir los gases de efecto invernadero en el suelo. Las comunidades que viven donde hay monocultivos de soja pueden atestiguar los efectos de devastación de dichos monocultivos en su entorno y sus vidas.


Por último, muchos gobiernos de los países del Sur, atraídos también por las nuevas oportunidades financieras, tienden a aprovechar esta bonanza en vez de cambiar a nuevos modos de producción y consumo que serían de utilidad para su población. Por ejemplo, dar apoyo a la agricultura sostenible de los campesinos sería mucho más benéfico para la sociedad y el medio ambiente que fomentar las plantaciones de monocultivos.

La mayoría de los países no se toman muy en serio la negociación de políticas que puedan revertir la crisis climática, en vez de eso, están negociando por cuánto tiempo más podrán seguir escapando sin hacer nada puesto que simplemente quieren seguir con sus “negocios como siempre”.


Exigimos la aplicación de las miles de soluciones de los pueblos ante la crisis climática

Ya es hora de que la CMNUCC se embarque en políticas firmes para contribuir a solucionar el caos climático. Es preciso que los países se comprometan firme y vinculantemente para reducir de forma radical las emisiones de gases y cambiar por completo su modo de producción y consumo.

Las soluciones existen. Más de 35,000 personas se reunieron en abril en Cochabamba en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra para esbozar una nueva visión para salvar al planeta y a su gente. La puesta en marcha de este plan y las miles de soluciones del pueblo llevarían a un profundo cambio en el sistema de hacer ganancias que ha creado la crisis actual.


Exigimos a la CMNUCC que adopte las demandas del Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba y que rechace todas las soluciones falsas que se estén cocinando. Entre ellas:


Defender los derechos de la tierra y el bosque: Rechazamos la iniciativa REDD + (reducción de las emisiones por deforestación y degradación). Tenemos que poner punto final a la tala de árboles industrial y proteger los bosques. La protección de los bosques y la reforestación de los bosques degradados es una obligación de todos los gobiernos. Prácticamente, los bosques sólo pueden manejarse bien si se encuentran bajo el control de comunidades indígenas y campesinas. Es por ello que los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas y de los campesinos deberían reconocerse explícitamente en cualquier acuerdo climático. Los países deben proteger sus bosques no porque reciban financiación para ello, sino porque es vital para su propio territorio. De ningún modo debería servir de excusa para evitar a otros países y corporaciones reducir sus emisiones de carbono, ni para despojar del control de sus territorios a las comunidades indígenas y campesinas.


Rechazar la geoingeniería: propuestas a gran escala para alterar deliberadamente el clima, por ejemplo mediante el establecimiento de monocultivos de plantaciones forestales de árboles transgénicos para producir industrialmente biochar (carbón vegetal), con el fin de devolverlo al suelo para la captura y el almacenamiento de carbono; o plantando cultivos y árboles modificados genéticamente para lograr un supuesto incremento de la reflectividad y la resistencia a las sequías, el calor y la sal.


Rechazar todos los esquemas de comercio de carbono y los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL): el comercio de carbono ha probado ser extremadamente lucrativo en términos de generación de ganancias para los inversionistas, sin embargo ha fallado rotundamente en la reducción de gases de efecto invernadero. En el "mercado de carbono" recientemente inventado, el precio del carbono continúa cayendo en picada, lo cual fomenta aún más la contaminación. Todos los emisores de carbono deberían reducir localmente sus emisiones en vez de comerciar con sus derechos a contaminar.


Rechazar cualquier participación del Banco Mundial en la gestión de los fondos climáticos cuya existencia pretende compensar la deuda climática histórica del Norte frente al Sur.


Ofrecemos miles y miles de parcelas campesinas para enfriar el planeta

Los campesinos y los pequeños productores familiares en todo el mundo no han esperado a las negociaciones climáticas para ofrecer alternativas reales a las actuales crisis alimentaria, social y ambiental. Si la agricultura industrial es uno de los grandes culpables de la crisis climática, la agricultura sostenible a pequeña escala y los mercados locales pueden contribuir a largo plazo a estabilizar las temperaturas del mundo.

La investigación muestra que podríamos reducir las emisiones globales actuales al 75% al recuperar la materia orgánica del suelo, sustituir la producción industrial de carne por una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados locales y parar la deforestación.


La producción alimentaria sostenible local se sirve de menos energía, elimina la dependencia de piensos animales importados y retiene el carbono en el suelo, al mismo tiempo que incrementa la biodiversidad. Las semillas autóctonas se adaptan más fácilmente a los cambios de clima que ya nos están afectando. Cuando los huracanes azotaron América Latina, observamos que la agricultura campesina diversificada resistió mucho mejor que las plantaciones de monocultivo, que se destruyeron por completo. La agricultura campesina diversificada y de pequeña escala es mucho más resistente a inundaciones, desprendimientos de tierra, plagas y sequías de larga duración. No hay ninguna necesidad de nuevas semillas "climate ready" modificadas genéticamente.


La agricultura familiar no sólo contribuye positivamente al equilibro del carbono del planeta, sino que crea también 2,800 millones de puestos de trabajo, para hombres y mujeres en todo el mundo, y es el mejor modo de luchar contra el hambre, la desnutrición y la crisis alimentaria actual. Si se permite el acceso a la tierra, el agua, la educación y la sanidad a los campesinos, y éstos reciben apoyo en la políticas de soberanía alimentaria (1) seguirán alimentando al mundo y protegiendo el planeta.


¡Únete a nosotros en los miles de Cancún!

La Vía Campesina montará un campo de cultivos en Cancún que representarán a todos los campesinos y agricultores familiares del mundo, ecológicos, diversificados y de pequeña escala que ya están enfriando la tierra. Todos los movimientos y simpatizantes están invitados a unirse a nosotros en los seminarios, protestas y foros, y a presentar las soluciones de toda la otra gente a la crisis climática. (véase el programa a continuación)


También están invitados todos los movimientos del mundo para organizar miles de protestas o eventos que rechacen las soluciones de mercado y que defiendan un "cambio de sistema y no de clima", en cualquier momento a partir del 12 de octubre, Día de Acción Global por la Justicia Climática, y hasta el 10 de diciembre; fecha en la que terminan las negociaciones. Se pondrá especial atención en el 7 de diciembre, para apoyar la marcha de los campesinos e indígenas en Cancún.


Las movilizaciones pueden ser de cualquier tipo: acciones directas, fiestas, mercados, festivales, debates o exhibiciones, entre otros. Pueden celebrarse en cualquier ciudad, pueblo, escuela o comunidad.

Envíen sus pósters, comunicados, artículos, fotografías, vídeos, etc. a las direcciones siguientes: enlace@viacampesinanorteamerica.org>enlace@viacampesinanorteamerica.org y viacampesina@viacampesina.org>viacampesina@viacampesina.org


Se colgarán en el sitio web de La Vía Campesina en la página Cancún 1000.

Programa provisional de La Vía Campesina en Cancún

12 de octubre: Día de Acción Global por la Justicia Climática: ¡sí a un cambio de sistema, no al cambio de clima! <http://www.climate-justice-action.org/

Del 22 al 29 de noviembre: Caravanas internacionales rumbo a Cancún COP-16.

25 de noviembre: ¿Protesta en la ciudad de México?

Del 29 de noviembre al 10 de diciembre: Foro alternativo (Cancún)

1, 4 y 6 de diciembre: Foro de Acción de La Vía Campesina

2 de diciembre: Marcha popular “Cancún 1000 por la Justicia Climática”

7 de diciembre: Marcha de los campesinos e indígenas



RUMBO AL ESTADO COMUNAL


miércoles, 3 de noviembre de 2010

ULTIMOS ARTICULOS DE LA SERIE..

Concluyendo con las ocho cuartillas que nos envía el camarada José Manuel, entregamos los últimos dos artículos..

Esperamos sean parte del debate necesario en la praxis revolucionaria.



¡Que tres erres ni ocho cuartos..! (7)


JM. Rodríguez


El nuevo municipio comunal


Las ciudades comunales, o ciudades-municipales, serán la versión socialista de nuestras actuales ciudades (con consideraciones especiales para cada caso, sobre todo, para Caracas). Ellas pueden extenderse abarcando algunas pequeñas comunidades cercanas o, por el contrario, pueden ser compactas. En todo caso serán diversas, autónomas y sustentables, dotadas de territorios alrededor de ellas que faciliten el trabajo productivo. Serán gobernadas por los consejos comunales, y los consejos de trabajadores y de estudiantes, confederados en comunas. Esos consejos confederados son los que le otorgan a la ciudad y a su territorio aledaño, carácter integral y sistémico y, a su vez, la ciudad les da a ellos efectiva organicidad convirtiéndolos en su gobierno natural.


Estas ciudades-municipios formarían la base de una nueva estructura espacial-territorial pues deberán incorporar a ellas las áreas cercanas que se tenían como rurales y que ahora pasarán a ser parte de las zonas productivas de la comuna. Y, por otro lado, estas ciudades-municipios van conformando los Distritos Motores del Desarrollo, coordinados por gobiernos regionales en función del interés nacional.


Así se iría organizando el territorio venezolano en tres nuevos ámbitos: el de las ciudades-comunales o municipios-comunales (seguro que son más de ochocientas), todas con gobierno propio. El segundo ámbito lo formarían los Distritos Motores del Desarrollo que pueden agrupar varias ciudades cercanas con potencialidades semejantes. Por último tendríamos los territorios federales, que son aquellos asociados a procesos industriales básicos vinculados con acciones estratégicas, y también aquellos que constituyen reserva nacional, que son parques u otro tipo de áreas de administración especial y de interés para la defensa nacional; que deberán estar bajo control del gobierno central.


Estoy hablando de que las ciudades venezolanas, grandes o pequeñas, en la medida en que se desarrollan en ellas las comunas, con sus diversos consejos, deberán convertirse en los nuevos municipios bolivarianos, dotados de una poligonal que incluiría, además de las tierras urbanas, aquellas tierras no residenciales dedicadas al cultivo, a la cría, la industria o cualquier tipo de producción que forme parte del sustento de esas ciudades. Por ejemplo la ciudad socialista de Valera, o de Los Guayos, tendría como parte de su potencial a la empresa nacionalizada Owens Illinois, que debería quedar bajo el control y operación de su consejo de trabajadores. Igualmente estarían incluidos en esa poligonal aquellos sitios o lugares naturales, turísticos y del patrimonio, que son parte constitutiva del paisaje cultural de los ciudadanos.


Principios para avanzar hacia las ciudades socialistas. Todos ellos requerirán de decisión y voluntad revolucionaria, y de años de esfuerzos:

1. Facilitar la organización del poder popular autónomo, impulsando la confederación de los diversos consejos para conformar comunas.

2. Elevar el nivel de conciencia promoviendo la solidaridad y el colectivismo.

3. Definir planes de desarrollo, integrados a los distritos, y sobre las potencialidades reales y la producción colectiva.

4. Entregar a los consejos comunales, de trabajadores, campesinos y estudiantes, el trabajo de atención a los desequilibrios urbanos, sociales y económicos (esto desmonta la estructura burocrática de las alcaldías).

5. Establecer coordinación y corresponsabilidad entre las comunas y los gobiernos regionales y central (el alcalde en la transición es solo un enlace).

6. Delinear los dos bordes que conforman el espacio político-administrativo de la ciudad: el espacio urbano y el espacio de sustento y recreación de la ciudad.

7. Transferir a las comunas el control social de los medios de producción, incluyendo todos los ejidos urbanos y los terrenos baldíos, es decir, el territorio que tiene valor para el colectivo.


Creo que los tres primeros se explican por sí solos y, tal vez, los cuatro últimos requieran de alguna ampliación. El cuarto y quinto principio establecen lo que sería, en mi opinión, la tarea central de los alcaldes de la revolución en este periodo de transición (por eso hablaba en el artículo 2 de los cuadros políticos del gobierno, ellos o son revolucionarios o no son cuadros). El sexto está referido a los dos bordes que tendría la ciudad: el borde urbano determina los límites de crecimiento de la ciudad. El segundo borde, que es el límite definitivo de esa ciudad-municipio, contiene aquellas tierras de propiedad colectiva, que tienen la función de dar protección natural, sustento económico y recreación a la ciudad. El séptimo principio requiere de una acción legislativa que facilite esta entrega de activos y el traslado de los ejidos a propiedad colectiva, igualmente la expropiación forzosa de los terrenos baldíos. Tal cosa no afecta la propiedad individual de las edificaciones que estén, o se construyan, sobre esa tierra, siempre y cuando estén destinados a vivienda principal y a actividades comerciales y productivas de carácter familiar.



Para concluir con las tres erres ni ocho cuartos (8)

JM. Rodríguez


El caso de Caracas


Con este último artículo espero que quede claro que no hay arrogancia tras la exclamación que dio título a esta serie. Cada una de esas erres requiere de un plan concreto que elimine al voluntarismo, más aún si se trata de Caracas, porque ella, la propia ciudad del subdesarrollo capitalista, es clave en este proceso. No hay síndrome capitalino en esto, tiene que ver con aquello de “seguir el ejemplo que Caracas dio…”


Tres aberraciones marcaron su crecimiento: liquidación de su pasado histórico, manos libres a la especulación de la tierra y las migraciones masivas desde el campo abandonado. El terrible daño de la exclusión está hecho. Es casi imposible, ahora, enderezar los entuertos de la estructura urbana que soporta la ciudad sin apelar a vaciamientos y traslados masivos, que es cosa tan aberrante como las causas que originaron tales entuertos.


Son enormes las devastaciones físicas y sociales, que este crecimiento informe y perverso produjo. Me estoy refiriendo a la segregación de la población que excluyó a los pobres de toda área urbanizada lanzándolos a ocupar aquellos lugares en los empinados cerros donde la voracidad inmobiliaria aún no se había posicionado. Esos lugares se ocuparon con precarias viviendas, edificadas en terrenos banqueados con las uñas, y muchas veces regados con sangre (el concepto capitalista de salario no incluye el costo de la vivienda y aún así lo continuamos viendo). Y como si fuera poco, esos lugares, desprovistos de los servicios más elementales y de espacios públicos equipados, están, además, azotados por la delincuencia. ¿Qué revolución es esta?


Sobre Caracas pesa, y he aquí el asunto, una complicación adicional: una estructura administrativa y jurídica incoherente que creó artificialmente una alcaldía metropolitana inútil frente a cinco municipios autónomos (fue parte de las manipulaciones políticas de aquellos que infiltraron, desde el comienzo, la revolución bolivariana). Esto descompuso perversamente la gobernabilidad de la ciudad. Y ahora, con la pretensión de restar influencia a esa alcaldía metropolitana cuya perniciosa existencia siempre fue evidente, se creó un gobierno del distrito capital que no es tal. Todo esto ha sido una estupidez política nuestra.

Este fraccionamiento del gobierno de la ciudad, junto a la circunstancia de que esa alcaldía metropolitana y cuatro de los cinco municipios, están en manos de la oposición, hace muy difícil planificar su futuro. Pensar que, a pesar de esto, sea posible desarrollar un verdadero poder popular es una ingenuidad. Los consejos comunales que se puedan constituir estarán, como sucede con los demás municipios del país, mayoritariamente bajo control de la alcaldía respectiva, y controlados por la contrarrevolución, o en todo cado bloqueados por ella. Y esta situación político-electoral no parece reversible a corto plazo, y ¡cuidado si no se agrava!


¿Qué hacer entonces? Liquidar, de manera inmediata, el voluntarismo inorgánico con el que el gobierno opera en Caracas, creando una autoridad única que centralice todas las acciones que realizan en esta ciudad los diversos organismos públicos. No hablo de una persona sino de un Consejo de Gestión de la Ciudad, integrado paritariamente por funcionarios de gran experiencia y capacidad demostrada y delegados patriaomuerte de los consejos comunales confederados por parroquia. ¿El propósito? Poner en marcha en los barrios, con todas las empresas posibles y los consejos comunales existentes, el Plan del Buen Vivir (esto no hay que describirlo más allá de que la vivienda tiene que pasar a ser parte del salario familiar). Esta es una tarea a corto plazo (estoy hablando de aquí al 2012), no hay más tiempo, y debe extenderse por toda la ciudad como una demostración de la capacidad, la disciplina y la seguridad que puede ofrecer el socialismo.


Si superamos esta fecha, podemos ir luego a un referéndum que convierta en constitucional este experimento. Es decir: sustituir la estructura actual por la de un distrito capital de verdad, que contenga a los cinco municipios reestructurados en comunas, con un alcalde (ahora sí mayor), elegido por los ciudadanos del distrito, y cinco intendentes que estarían bajo la coordinación obligatoria de esta autoridad distrital. Esos intendentes serían designados y supervisados por la confederación de comunas de cada municipio, siendo de libre nombramiento y remoción en cualquier momento por las asambleas de esas confederaciones (esto no sólo es importante sino además muy bueno). Ellos actuarían como administradores de la ciudad en sus localidades específicas, con casi todas las mismas competencias que ahora tienen los alcaldes tradicionales.


En manos de la autoridad distrital electa quedaría todo aquello que tiene la escala metropolitana: el plan general de ordenación urbanística, con sus patrones de crecimiento, densidades y usos; el abastecimiento de alimentos, la disposición de residuos y desechos sólidos; los servicios metropolitanos, vías rápidas y corredores e interconexiones viales; el transporte (sistema metropolitano superficial y las interconexiones hacia los barrios); el sistema de salud, de educación, de seguridad ciudadana y el sistema metropolitano de espacios públicos.


Para esto, y sustituyendo a las actuales cámaras municipales, las asambleas de voceros y voceras de las comunas confederadas, designaría en cada municipio, además del intendente local, a los delegados a la Asamblea del Distrito Capital (igualmente de libre nombramiento y remoción en cualquier momento), en proporción al número de comunas locales. Esta asamblea sería la máxima autoridad de la ciudad (por encima del alcalde mayor). La propia democracia participativa en toda su plenitud, con escuálidos y todo.



RUMBO AL ESTADO COMUNAL

comunacariagua@gmail.com