martes, 29 de mayo de 2012

¿PODEMOS HABLAR DE UN MUNDO DEMOCRATICAMENTE ORGANIZADO?

  Revista Insurrección 322, Lunes, 28 de Mayo

Esta pregunta la tomamos de Eduardo Galeano. La frase completa es: “¿podemos hablar de un mundo democráticamente organizado cuando el mundo depende de tres organismos no democráticos que toman las decisiones en lugar de la humanidad?”.

Aquí Galeano hace referencia al FMI, a la OMC y a la ONU (específicamente al Consejo de Seguridad). Tres ejemplos claros de la hipocresía de la política imperial disfrazada de democracia internacional. A estos ejemplos podríamos sumarle la OTAN, la OEA, la Cumbre de las Americas, laCIDH y pare de contar.

Estas instancias y todos los pactos con las potencias capitalistas siempre han sido como diría el refrán, pelea de tigre con burro amarrado. Esta ha sido una constante denuncia de los movimientos y organizaciones de izquierda en el mundo, aunque siempre entendemos que el papel de nuestros gobiernos es simplemente el de validar los planes imperiales siguiendo el guión en una obra teatral tragicómica sobre la participación.

En los últimos años el cambio en la política internacional ha sido sorprendente. Una gran cantidad de voces populares y de gobiernos progresistas cuestionando y rebatiendo la autoridad imperial, llevó la hipocresía de las potencias del mundo al máximo del descaro, para poder imponer su voluntad.
Esto ha permitido evidenciar la ilegalidad e ilegitimidad del actual pacto internacional.

De forma contundente, la correlación de fuerzas en la política internacional ha ido cambiando y se ha fortalecido la posibilidad real de construir otras
formas de relacionarnos entre los pueblos del mundo.

Un primer paso: Denunciando la ilegitimidad de las instancias y pactos internacionales.
Por tan solo nombrar algunos ejemplos, recordemos la clase magistral que nos dio el hoy mártir y mandatario libio Gadafi en su discurso ante la ONU. Todo este discurso es fundamental para comprender cómo la ONU, desde su conformación hasta la actualidad, no es más que un parapeto disfrazado de democracia.

En esa misma sala, el presidente Evo Morales llamó a refundar la ONU, en el 66 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General. En su discurso denunció la utilización de las instancias internacionales “garantes de la paz”, como mecanismos para realizar invasiones, golpes de Estado y saqueo de los recursos naturales. Ratificó la voluntad de la radical mayoría del mundo que en 19 ocasiones ha votado en contra del bloqueo contra Cuba. Igual por el derecho de Palestina a ser admitida como miembro pleno.

La Cumbre de las Américas realizada en Colombia volvió a mostrar que Estados Unidos es mucho más poderoso que el resto de países de América, lo
cual no permitió una resolución.

En los medios se recuerda más la crisis sexual de los guardaespaldas de Obama y se comentan poco sobre la firme decisión del resto de países respecto a que ésta sería la última Cumbre sin Cuba y muy probablemente, la última de las Cumbres de Las Américas. Sin duda alguna, nos estamos liberando de la hegemonía gringa.

De forma reciente, el gobierno venezolano, anunció la decisión de salir de la CIDH, calificando a la Comisión como un instrumento de los Estados Unidos. Ecuador acompaño esa propuesta y agregó la necesidad de construir nuestros propios espacios de Derecho Internacional.

Podríamos seguir escribiendo páginas y páginas de ejemplos, en los que de forma cada vez más fuerte, las instancias formales que han servido para sustentar la colonización, poco a poco han ido perdiendo su validez y legitimidad, lo cual obliga al imperialismo a reafirmarse a través de la fuerza.

Al mismo tiempo los pueblos y gobiernos democráticos van viendo la necesidad de crear otras instancias que representen y proyecten sus intereses.

La creación de otro pacto internacional.
Algo que ha marcado sustancialmente la política internacional de los procesos democráticos en la región, ha sido el reconocer que es posible construir otros referentes, otras formas de pactar entre los países y pueblos del mundo. Por ejemplo la importancia estratégica de fortalecer la OPEP, en el marco de un cambio geopolítico global y continental.

De forma especial y citando solo algunos ejemplos, debemos recordar cómo en Argentina, hace casi siete años, se concretó la caída del ALCA y dio paso a la conformación del ALBA, ya no solo como un tratado comercial, sino como una alianza marcada por la complementariedad, la solidaridad, la cooperación entre los pueblos y no la competencia feroz dirigida por la economía transnacional. A esto se suma la propuesta de fortalecer el Mercosur y de forma especial la conformación de la CELAC.

Otro de los eslabones importantes de la dominación, se encuentra en el aparato ideológico comunicacional. Ha sido muy importante en el proceso descolonizador, reconocer el papel que han jugado las principales cadenas de comunicación (radio, prensa, televisión, cine, Internet, música) como
instrumentos para la dominación, lo que conocemos como parte importante de la Guerra de IV Generación.

El surgimiento de TeleSur y la creación de un sin número de medios comunitarios y alternativos en el continente, ha permitido desmitificar la ilusión
de la objetividad de los medios, visibilizando y denunciado la manipulación mediática, que ha permitido promover otras voces desde la palabra protagónica del pueblo.

Estos espacios han sido de gran importancia en la articulación de los países en favor del fortalecimiento de otros polos de poder, en un mundo multipolar que equilibre un poco la balanza y reduzca las dinámicas y lógicas del gran capital.

Los pueblos por un nuevo pacto internacional.
Si bien es cierto que los ejemplos mencionados anteriormente, entre otros, han permitido modificar el poder del imperio yanqui bajo la cobertura de los organismos internacionales, sigue siendo necesaria la creación y consolidación de nuevos espacios que ratifiquen la unidad de nuestros países desde una lógica distinta, marcada por la solidaridad entre las naciones y la protección de nuestras soberanías. No basta crear nuevos espacios, donde nuestros gobiernos tengan mayor poder. Es fundamental que estos nuevos espacios incrementen las formas de desarrollar políticas liberadoras.

Entendemos, que aún sobreviven y sobrevivirán múltiples contradicciones entre pueblos y gobiernos, aunque estos últimos los identifiquemos como progresistas. Por esto, resulta determinante que el pueblo organizado, impulse y fortalezca sus propios espacios de unidad continental y mundial, sumando a la dinámica de denunciar y deslegitimar las instancias que sostienen al imperialismo, y nuevos pactos que nos unan como naciones en proceso de construcción de una verdadera refundación y definitiva independencia.

RUMBO AL ESTADO COMUNAL

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