viernes, 31 de octubre de 2014

LA ALTURA DEL PUEBLO VENEZOLANO

Por Arnaldo Guedez Militante de la RNC, Historiador y Profesor Universitario. "Sueño con serpientes...la mato y aparece otra mayor" (Silvio Rodríguez) Construir la unidad del pueblo es una tarea ardua que debemos desarrollar si queremos preservar la Revolución Bolivariana, pero como se decía en los tiempos cuando el pueblo no era poder en Venezuela: "la unidad no se decreta, se construye". Para hacer posible esta máxima es necesario deponer intereses subalternos e individuales, debemos colocar por encima de nuestras diferencias los objetivos históricos del pueblo. Es recurrente encontrar críticas hacia nuestro proceso y eso es sano, una revolución es dialéctica, pero de allí a pensar como los enemigos del pueblo es otra cosa, en estos momentos donde el imperio ha decidido recuperar su "factoría petrolera" preferida es preciso fomentar la unidad a todos los niveles, independientemente de las posiciones y las diferencias que tengamos. Recordemos: "nada que fortalezca al enemigo, todo lo que nos lleve a la unidad". Los elementos que nos pueden unificar están sobre la mesa: 1) La lucha contra el imperialismo norteamericano y sus representantes internos. 2) La conservación y defensa de la Revolución Bolivariana que pasa por el apoyo irrestricto de todas las fuerzas revolucionarias al Presidente Nicolás Maduro. 3) El cumplimiento del Plan de la Patria como plataforma de lucha de todos los sectores de la sociedad venezolana. 4) La unidad cívico militar. 5) El fortalecimiento y desarrollo de un poderoso movimiento popular, donde el pueblo se convierta realmente en el conductor de su propio destino, esto tiene como centro la discusión del tema de la comuna como tema neurálgico del proceso de empoderamiento del pueblo. Sobre esta plataforma o lo que podemos llamar temas centrales, debe girar la discusión de los revolucionarios en esta etapa que no ha de ser otra que la profundización de la revolución, ahora cuando la burguesía trata de ganar terreno apoyada en errores cometidos desde el seno mismo del proceso y alentada por la brutal guerra económica a la que ha sido sometida nuestra economía, además de ciertas incapacidades, hay que reconocerlo, de la burocracia del viejo Estado que ha sido incapaz de enfrentar la situación con la entereza que se amerita. Nadie dijo que hacer una revolución era una cuestión fácil ni mucho menos el socialismo, por lo tanto los problemas y las dificultades a enfrentar en este país son grandes, entendiendo la codicia con la que nuestros vecinos del norte miran las reservas petroleras que poseemos, amén de la diversidad del resto de nuestras riquezas naturales. Estamos en una etapa de nuestro proceso muy parecida al tema de una canción de Silvio Rodríguez: “Sueño son serpientes… la mato y aparece una mayor". En nuestras manos está la posibilidad de conservar este sueño de despertar de un continente para los tiempos venideros, y colocarnos a la altura de nuestro pueblo que en los momentos más difíciles sabiamente nos ha dado lecciones de estar a la altura de lo que la historia precisa.

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