lunes, 17 de noviembre de 2014

El Centro como bloque histórico

  JM. Rodríguez.   Perdónenme los que haya incluido, al generalizar, en algo de lo que no participan. Asumiré que no son parte de la masividad que le doy a ese posicionamiento político. Pero, reconozcamos lo suave y socialmente conveniente que es. Allí las excentricidades son admitidas mientras no pasen de ligeras inclinaciones a la izquierda o a la derecha. Que se alternan según sea el asunto.   Tal postura, seguro, deriva de una convención geográfica. Los ingleses, cuando aún eran dueños de buena parte del mundo, lograron que se adoptara, como meridiano cero, la línea que ellos trazaron por su país. Después de eso, oriente u occidente, y también la izquierda y la derecha quedó a un lado u otro de Londres.   Tras ello no hay perversidad, sólo arrogancia. En menor escala los mayas lo hicieron, colocaron el punto cero en un pueblito de Mesoamérica. También los aztecas con Tenochtitlan y los incas en el Cuzco. Sin olvidar a los musulmanes que centran el mundo en la Meca. La centralidad es tan competida que ahora hay cínicos diciendo que el centro del mundo es Google.   Lo cierto es que la centralidad no pasa de ser una convención ajustada a particulares necesidades, entre ellas, evitar acciones que comprometan. Para los que vienen de la izquierda, funciona como un calmante gástrico que aplaca retorcimientos y flatulencias.   Para efectistas y arribistas, la imaginan como una calzada que se eleva sobre campos que, a la diestra y la siniestra, están llenos de bajas pasiones. Pueden, desde allí, criticar la violencia haciendo silencio ante la guerras coloniales del primer mundo. Aborrecer el terrorismo sin mencionar a Israel. Llamar excesiva y desproporcionada la fuerza contra los guarimberos, sonriendo benevolentes ante el desmadre que generan. En fin, ser de centro es asumir la política con cortés y elegante displicencia. Es la manera light de respaldar el capitalismo y sus trapacerías. Se parece, aunque es más mortal, a tomar esas cervezas que en Venezuela sustituyeron a las de verdad, una vaina que no es cerveza ni es agua.

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